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23 julio 2017 • 80 Aniversario del bombardeo sobre la ciudad monumental de Cáceres

Angel David Martín Rubio

Cáceres, 23 de julio de 1937: bombas sobre la retaguardia

Cáceres: sacos terreros en los arcos de la Plaza Mayor

La Ofensiva Nacional sobre Vizcaya (del 31 de marzo al 29 de junio de 1937) supuso un duro revés para el Gobierno republicano pues suponía la incorporación a la España nacional de territorios muy importantes por sus recursos minerales e industria estratégica. La única manera de evitar este desastre era crear ataques de diversión y quebrantadores contra otros frentes. Esa fue la razón principal de la primera gran ofensiva de la República, en Brunete, que vendría seguida por las de Aragón en agosto y diciembre de 1937.

La incursión aérea de la aviación republicana contra la ciudad de Cáceres fue organizada durante la primera de las batallas citadas, la llamada de Brunete que se venía desarrollando en las inmediaciones de Madrid desde comienzos del mes de julio.

Días antes, se había tomado medidas preventivas por parte del Gobernador Militar y del Alcalde. Así, en la Plaza Mayor, la noche del 22 de julio se trabajaba activamente en la colocación de sacos terreros. Pero aunque pudieran paliarse los efectos, nada iba a impedir que se materializara la agresión cuyo objetivo era una ciudad de la retaguardia nacional situada a muchos kilómetros de los frentes activos.

El avión Tupolev SB-2 -Katiuska- (B-5) en vuelo
Era un bimotor, monoplano, con tres tripulantes: el bombardero en la proa acristalada, detrás iba el piloto, a la altura del borde de ataque y en el puesto dorsal el ametrallador de cola (www.ejercitodelaire.mde.es)

En la mañana del 23 de julio cinco de los aviones de bombardeo soviéticos llamados popularmente Katiuskas (el Tupolev ANT-40, también conocido por su denominación operativa como Tupolev SB) sobrevolaron la ciudad sobre las nueve y media de la mañana, descargando en su núcleo urbano dieciocho bombas que afectaron a lugares como el Mercado de Abastos, Instituto de Enseñanza Media, Gobierno Civil, Plaza de Santa María, calles Sancti Espíritu y Nidos y traseras del cuartel de la Guardia Civil.

Especialmente dramáticas fueron las circunstancias ocurridas en la Plaza de Santa María. Unos cacereños murieron postrados ante la Patrona pues la Virgen de la Montaña se encontraba en la hoy Concatedral de Santa María; otros cuando abandonaban el templo y otros al dirigirse a él. En efecto, dos bombas cayeron frente a una de las puertas de Santa María y su metralla cruzada penetró en la Iglesia dejando sin vida o malheridos a todos los que estaban al fondo, por debajo de las pilas del agua bendita; otros murieron en la plazuela; el Palacio de Mayoralgo se vino abajo…  El Obispo Fray Francisco Barbado Viejo, con sus blanco hábito de dominico manchadas por los cascajos y la sangre de los heridos, se adentró entre las ruinas para confortarlos y auxiliar en los últimos momentos a los más graves.

Huellas del bombardeo visibles en la Plaza de Santa María. Palacio Episcopal

Grave confusionismo reinó también en el Mercado de Abastos por la aglomeración existente en el mismo al estallar en sus proximidades algunos explosivos y fueron afectados varios edificios de la Plaza y las traseras del Ayuntamiento, con personas muertas o heridas en todos ellos.

La información sobre lo ocurrido en Cáceres fue recogida en el Parte Oficial de Guerra publicado en zona nacional en los siguientes términos:

«La aviación enemiga, siguiendo su criminal costumbre de bombardear poblaciones indefensas de la retaguardia, sin finalidad militar alguna, ha bombardeado hoy la capital de Cáceres con cinco aviones causando muertos y heridos en la población civil, la mayor parte mujeres y niños. Este criminal proceder obliga a llevar a cabo las naturales y prontas represalias que ya hemos tenido que ejercer en otras ocasiones iguales».

El Parte Oficial republicano únicamente afirmaba, con evidente escarnio de la verdad, que se habían bombardeado «diversos objetivos militares en las cercanías de Cáceres». El Gobierno rojo, que hizo un amplio uso de la denuncia de los bombardeos nacionales a efectos propagandísticos, venía utilizando los ataques sobre población civil desde los primeros momentos de la guerra y se siguieron practicando a pesar de que la aviación nacional acabó disponiendo de una muy superior capacidad de bombardeo.

Huellas del bombardeo visibles en la Plaza de Santa María. Concatedral de Santa María

En Cáceres, se causaron 31 muertos y 64 heridos, cuatro de los cuales murieron después elevando a 35 el número de víctimas del bombardeo. De éstos 12 eran hombres y 23, mujeres. La víctima más joven era una niña de 4 años y la de más edad un anciano de 87. 14 de ellos pueden considerarse de edad madura, 15 eran menores de 25 años y 6 mayores de 60.

Las autoridades nacionales se vieron en la precisión de tomar medidas ante el temor de que esta acción formara parte de un plan sobre la retaguardia extremeña previamente trazado por el Gobierno republicano, sospecha que se iba a reforzar al descubrirse en las Navidades de 1937 el proyecto de infiltración en la propia retaguardia cacereña llevado a cabo por Máximo Calvo. Por ello, a partir del otoño de 1937 se reforzaron las defensas antiaéreas en las poblaciones más importantes: se crearon refugios, se construyeron trincheras, se implantaron servicios de vigilancia y escuchas, instalándose sirenas que anunciaban de la presencia de aviones…

Afortunadamente los bombardeos republicanos en la retaguardia extremeña descendieron notablemente en los meses siguientes no volviendo a alcanzar importancia hasta que tuvo lugar la ofensiva del verano de 1938 en la comarca pacense de La Serena.

Palacio de Mayoralgo antes, después del bombardeo y en la actualidad

Víctimas mortales del bombardeo de Cáceres

Valentín Acedo Cordero (72)
Juana Presentación del Barco Rodríguez (6)
Telesfora Barrantes Brillo (45)
Carlos Blázquez Cercas (7)
Francisco Bravo Franco (5)
María Castellano Torres de Castro (41)
Elia Castellano Vinuesa (32)
Francisco Duarte Estévez (41)
Faustino Gallego Gallego (57)
Alfonsa García Nevado (23)
Ana Guillén Juaranta (45)
María Lucero Ríos (4)
María Macayo Plata (24)
Ángela Manzano Rubio (50)
Florencia Martín Fernández-Pedrilla (62)
Ángel Merino Quesada (36)
Juan Morgado Panadero (8)
Cipriano Muñoz Fernández (44)
José Ojalvo Jiménez (6)
José Picapiedra Rueda (87)
Josefa Pulido Prado (24)
Margarita Quirós Fontán (17)
Ana Rebollo García (62)
Francisca Rico Manga (33)
Fe Rivero Ramos (47)
Félix Roa Pinto (56)
Rosalía Rosa Pérez (70)
Concepción Serrano Gómez (11)
Gregorio Silveira Jiménez (46)
Francisca del Sol Rosa (34)
Luisa Solana Plaza (70)
Josefa Solís Sobrado (17)
Purificación Solís Sobrado (24)
Julia Tornos Gómez (16)
María del Carmen Tornos Gómez (17)

Más información sobre el bombardeo de Cáceres

Cáceres, bombas sobre la retaguardia

El Bombardeo de Cáceres y la Aviación en Extremadura (1936-1939)

75 años del bombardeo de la ciudad

Las huellas del bombardeo de Cáceres