Widgetized Section

Go to Admin » Appearance » Widgets » and move Gabfire Widget: Social into that MastheadOverlay zone

7 diciembre 2022 • Rito Romano Tradicional

Marcial Flavius - presbyter

Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María: 8-diciembre-2022

Epístola (Prov 8, 22-35)

22El Señor me creó al principio de sus tareas, | al comienzo de sus obras antiquísimas. 23En un tiempo remoto fui formada, | antes de que la tierra existiera. 24Antes de los abismos fui engendrada, | antes de los manantiales de las aguas. 25Aún no estaban aplomados los montes, | antes de las montañas fui engendrada. 26No había hecho aún la tierra y la hierba, | ni los primeros terrones del orbe. 27Cuando colocaba los cielos, allí estaba yo; | cuando trazaba la bóveda sobre la faz del abismo; 28cuando sujetaba las nubes en la altura, | y fijaba las fuentes abismales; 29cuando ponía un límite al mar, | cuyas aguas no traspasan su mandato; | cuando asentaba los cimientos de la tierra, 30yo estaba junto a él, como arquitecto, | y día tras día lo alegraba, | todo el tiempo jugaba en su presencia: 31jugaba con la bola de la tierra, | y mis delicias están con los hijos de los hombres. 32Por tanto, hijos míos, escuchadme: | dichosos los que siguen mis caminos; 33escuchad la instrucción, | no rechacéis la sabiduría. 34Dichoso el hombre que me escucha, | velando día a día en mi portal, | guardando las jambas de mi puerta. 35Quien me encuentra, encuentra la vida | y alcanza el favor del Señor.

Evangelio (Lc 1, 26-28)

26En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. 28El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; [bendita tú entre las mujeres]».

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. Editorial BAC

Reflexión

El 8 de diciembre celebramos una de las fiestas más hermosas de la santísima Virgen María: la solemnidad de su Inmaculada Concepción. Este mismo día del año 1854, el Papa Pío IX definió como dogma de fe la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen. Es decir, se trata de una verdad que ha sido revelada por Dios y que, por tanto, pertenece al ámbito de aquello que es objeto de nuestra fe. Además, veneramos a la Inmaculada como celestial patrona de España desde que fuera proclamada como tal a finales del siglo XVIII ratificando así la devoción secular hacia este misterio.

Podemos preguntarnos entonces: ¿qué significa que María es la “Inmaculada”? Y, ¿qué nos dice este título a nosotros?

I. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María estamos diciendo que Dios le otorgó un privilegio singular por el que fue preservada inmune del pecado original y santificada con la divina gracia desde el primer instante de su concepción.

Es lo que expresan en su laconismo lleno de expresividad las palabras del arcángel san Gabriel que hemos escuchado en el Evangelio: Para los hombres, María es «una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David» (Lc 1, 27); para Dios, es la «llena de gracia» (v. 28), la criatura más singular que hasta ahora ha venido al mundo. Ese elogio al establecer la más alta santidad en María (habiéndose fundado principalmente en ello el dogma de la Inmaculada Concepción), no alaba en la Virgen ninguna cualidad o virtud como propia de Ella, sino la obra de la divina predilección, como ella misma lo había de proclamar en el Magnificatporque ha mirado la humildad de su esclava»] (Mons.STRAUBINGER, in Lc 2, 28).

El libro del Genésis (cfr. Gn 3, 1-20) nos muestra cómo tras la caída en el pecado original, el hombre no fue abandonado por Dios. Al contrario, le anuncia de modo misterioso la victoria sobre el mal y el levantamiento de su caída. Este pasaje del Génesis ha sido llamado «Protoevangelio», por ser el primer anuncio del Mesías redentor y de su victoria final (CATIC 410). Esta victoria se manifestó, antes que en nadie, en María, la Madre de Jesús, preservada de todo pecado desde el primer instante de su concepción. Esa plenitud de gracia de la Virgen hay que entenderla en los dos aspectos de este misterio:

— Aspecto negativo: La Virgen fue preservada de toda mancha de pecado original, no tuvo las consecuencias de este pecado, no tuvo ningún pecado mortal ni venial… no tuvo ni la más mínima imperfección.

— Aspecto positivo: María, en el primer instante de su existencia, fue llena de gracia, No con plenitud absoluta que corresponde únicamente a Cristo sino con plenitud relativa que la disponía desde este instante para ser digna Madre de Dios.

II. ¿Cuáles son las implicaciones de este dogma en nuestra vida cristiana?

A nosotros se nos perdona el pecado original (del que fue preservada la Virgen por singular privilegio) por medio del Bautismo y hemos sido elegidos en la persona de Cristo para ser santos e intachables en Él por el amor (cfr. Ef 1, 3-6. 11-12). El misterio de la Inmaculada Concepción viene a ser para los cristianos un imperativo que reclama y exige una vida pura.

Hagamos el propósito eficaz de vivir en coherencia con nuestra condición de hijos de Dios adquirida el día de nuestro Bautismo.

Además no podemos olvidar que el hombre conserva el deseo del bien, pero su naturaleza lleva la herida del pecado original por el que quedó inclinado al mal y sujeto al error. De ahí que esté dividido en su interior y que toda vida humana, singular o colectiva, aparece como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas (CATIC 1707). Esto nos impone la necesidad de la oración, la frecuencia de sacramentos, la mortificación… el combate espiritual.

*

Demos gracias a Dios por este misterio de la Concepción Inmaculada de la Virgen y como gracia propia de esta fiesta, pidamos a Dios que nos sane y libre de todos los pecados, para que de este modo, nos hallemos dispuestos a recibir en nuestras almas a Jesús cuando venga a ellas en el tiempo santo de la Navidad y en nuestro encuentro definitivo con Él para toda la eternidad.