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12 octubre 2022 • Rito Romano Tradicional

Marcial Flavius - presbyter

Fiesta de Nuestra Señora del Pilar: 12-octubre-2022

Epístola (Eclo 24, 5-13)

Yo salí de la boca del Altísimo engendrada primero que existiese ninguna criatura. Yo  hice nacer en los cielos la luz indeficiente, y como con una niebla cubrí toda la tierra. En los altísimos cielos puse yo mi morada, y el trono mío sobre una columna de nubes. Yo sola hice todo el giro del cielo, y penetré por el profundo del abismo, me paseé por las olas del mar, y puse mis pies en todas las partes de la tierra; y en todos los pueblos, y en todas las naciones tuve el supremo dominio. Yo sujeté con mi poder los corazones de todos, grandes y pequeños; y en todos esos pueblos y naciones busqué donde posar o fijarme, y en la heredad del Señor fijé mi morada. Entonces el Criador de todas las cosas dio sus órdenes, y me habló; y el que a mí me dio el ser, estableció mi tabernáculo o morada, y me dijo: Habita en Jacob, y sea Israel tu herencia, y arráigate en medio de mis escogidos.

Evangelio (Lc 11, 27-28)

Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Aparición de la Virgen a Santiago el Mayor en Zaragoza (Virgen del Pilar). Tabla Gótico-Flamenca

Aparición de la Virgen a Santiago el Mayor en Zaragoza (Virgen del Pilar). Tabla Gótico-Flamenca

Reflexión

En la festividad de Ntra.Sra. del Pilar, pedimos por intercesión de la Madre de Dios: fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor. Son estas las tres virtudes teologales llamadas así porque «tienen a Dios por objeto inmediato porque con la Fe creemos en Dios y creemos todo cuanto Él ha revelado; con la Esperanza esperamos poseer a Dios; con la Caridad amamos a Dios y en Él nos amamos a nosotros mismos y al prójimo» (Catecismo Mayor).

I. Fortaleza en la fe

En el libro del Éxodo leemos cómo Dios precedía al pueblo de Israel en el desierto, de día como una columna en forma de nube para indicarle el camino, y de noche como una columna de fuego para alumbrarle (Ex 13, 21). También la columna sobre la que se apoya la imagen de la Virgen del Pilar es un signo visible de su presencia. Ya en los comienzos de la Iglesia, la Virgen fue quien marchó delante en la evangelización: «Todos ellos perseveraban unánimes en oración, con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con los hermanos de Éste» (Hch 1, 14). Y también es quien ahora va primero, iluminando el camino de nuestra propia vida cristiana con su intercesión y su cooperación en la obra de la redención y de nuestra santificación.

Fortaleza en la fe es reconocerla como el tesoro más grande que hemos recibido y fundamento de otros muchos dones que recibimos del Señor. ¿Hasta qué punto participamos de la plenitud de bienes que se encierra en la fe católica? Hoy es un día para examinar nuestra fe: ¿Es tan culta e instruida como lo exigen las necesidades actuales? ¿Conocemos tan a fondo nuestra religión que podemos dar razón de los fundamentos de la fe? ¿Tenemos la cultura religiosa necesaria para deshacer los sofismas de la moderna incredulidad?

2. Seguridad en la esperanza

Por esta virtud confiamos alcanzar la gloria del cielo prometida por Dios a los que le aman y hacen su voluntad. En toda circunstancia, cada uno debe esperar, con la gracia de Dios, “perseverar hasta el fin” y obtener el gozo del cielo, como eterna recompensa de Dios por las obras buenas realizadas con la gracia de Cristo (CATIC 1821). La esperanza es segura porque no se fundamenta en nuestros méritos ni en nuestras obras sino en la se funda en la palabra de Dios omnipotente, misericordioso y fidelísimo, y en los merecimientos de Jesucristo.

III. Constancia en el amor

El apóstol san Pablo habla de «la fe que actúa por el amor» (Gal 5, 6). No se trata de una «fe» muerta, inactiva, sino de una «fe» que ha de ir acompañada de obras, realizadas a impulsos de la caridad (cf. Sant 2,21-24). No basta con conocer, hay que vivir conforme a la fe que se profesa. Cumplir conforme a las enseñanzas del Evangelio, los deberes cristianos en la vida particular, familiar y social. Sólo así concordarán las obras con la fe.

*

Hoy, en su fiesta, nos acercamos con el espíritu a la Basílica del Pilar de Zaragoza y a tantos santuarios marianos, le pedimos a Nuestra Señora que nos siga guiando siempre. Que Ella nos muestre el camino para que aumente nuestra fe, se fortalezca nuestra esperanza, crezca en intensidad nuestro  amor a Dios y al prójimo. Para que así nos muestre al fruto bendito de su vientre por toda la eternidad en la gloria del Cielo.