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7 noviembre 2018 • Tuvo lugar el 7 de noviembre de 1938

Antonio Manuel Arrabal Maíz

El bombardeo de Cabra

Artículo publicado por Historia en Libertad el 1-agosto-2012

A las 6,27 de la mañana tres bombarderos pesados Tupolev Sb-2 Katiuska despegan de su base murciana de Cuevas del Reíllo con la misión de bombardear el centro de la ciudad (según se verifica en el parte de operaciones de la fecha). Llevan en sus bodegas seis bombas de 250 kg y12 de 15 kg. Toman rumbo Iznalloz y penetran en el espacio aéreo enemigo hasta alcanzar la ciudad de Cabra a las 7,30. En el centro urbano dejan caer su mortífera carga, alcanzando de lleno el mercado de abastos, repleto de gente, donde mueren en el acto 38 personas, todos civiles. Podría haber sido aún peor la masacre, de no ser porque se había cancelado el reparto de patatas ese día y la afluencia había disminuido. Días después, de resultas de las graves heridas, fallecen 26 personas más que habían sido alcanzadas en el mercado.

En formación en ala, los Katiuskas van soltando de las bodegas las bombas en tres salvas. El siguiente escenario de la tragedia es la Plaza Vieja, donde explotan dos bombas de 250 kg, destruyendo también una manzana entera de edificios de una calle colindante. La matanza es brutal, pero sus efectos habrían sido mayores si las clases en el destruido parvulario de las Escolapias hubieran comenzado unos minutos antes. En el barrio obrero de la Villa las modestas viviendas apenas han resistido los impactos. Afortunadamente, una bomba de cuarto de tonelada no hizo explosión (fue hallada casualmente en unas obras hace cinco años). Los tres aviones salen rumbo a Lucena después de haber realizado el bombardeo a placer. No en vano, la ciudad de Cabra había sido objeto de tres minuciosos reconocimientos aéreos en menos de una semana.

Las ciudades de Guernica y Cabra quedan hermanadas en el dolor por haber sufrido los dos bombardeos más emblemáticos de la Guerra Civil. Y ello no sólo por lo similar de la cifra de muertos, sino porque ambas operaciones fueron usadas en su momento por los medios de propaganda de ambos bandos para denunciar las tropelías de un enemigo que bombardeaba criminalmente a la población civil. Sin embargo, la suerte de las denuncias fue dispar. Mientras el bombardeo de Guernica y su destrucción parcial como consecuencia de los incendios fue esgrimido en los Parlamentos británico y francés como prueba de los desmanes del ejército de Franco, el bando nacional no supo sacar partido propagandístico del de Cabra, en un momento crucial para su posición internacional ante las grandes presiones diplomáticas franco-británicas. Y ello a pesar de los múltiples intentos por darle difusión internacional (gestiones en el Vaticano, prensa internacional, Cruz Roja Internacional, Sociedad de Naciones). Transcurrido un mes del bombardeo, ni la prensa afín le dedicaba ya unas líneas.

Las conexiones entre ambos bombardeos van más allá, pues los argumentos esgrimidos por la República para denunciar lo abominable de la acción sobre Guernica, son precisamente los que podían argüirse en el caso de Cabra. Se dijo que Guernica no era objetivo militar, mientras que Cabra sí lo era. Esto es rotundamente falso. Cabra no tenía interés alguno. Otra cosa es que, en el contexto de las postrimerías de la Batalla del Ebro y los prolegómenos de la Campaña de Cataluña, el ejército de la República necesitase imperiosamente obligar a la aviación franqiuista a detraer medios aéreos para guarnecer las poblaciones del sur. Téngase en cuenta que en los días previos al ataque a Cabra, se bombardean otras poblaciones del sur cordobés con un elevado balance de víctimas, lo cual excluye que el bombardeo a Cabra sea un hecho aislado, sino que hay que enmarcarlo en un amplio operativo estratégico de distracción . Por tanto, a diferencia del de Guernica, el bombardeo de Cabra no es de carácter táctico, pues el interés militar de la ciudad cordobesa es nulo, sino más bien estratégico. En Cabra no había concentraciones de tropas, ni instalaciones o infraestructuras militares. Sólo era una ciudad de la retaguardia lejana a la que le cupo el triste honor de convertirse en el «Guernica de la Subbética». El Bombardeo de Cabra, el Guernica de la Subbética

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