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15 marzo 2023 • “La mitad de los católicos apenas practica” • Fuente: El Español Digital

José María Manrique García

España radicalmente ha dejado de ser católica

A mediados de febrero pasado asistí a un “cenáculo mariano” en el que se nos dijo que la Conferencia Episcopal Española maneja unas estadísticas en las que se refleja que la media de asistencia a Misa dominical, como indicador de católicos practicantes, ¡es del 7%!, y en algunas diócesis del 0’8%.

Este aterrador y significativo dato pasó en general inadvertido porque el sacerdote que lo comunicó, delegado nacional de los grupos de oración al que pertenecía mi cenáculo, estaba leyendo y comentando una peculiar carta del responsable internacional, con sede en Roma, de estos grupos. Carta que, apenas solapadamente, era una seria amonestación a cualquier crítica al actual Romano Pontífice, lo que iba produciendo en la mayoría de los componentes del grupo, a Dios gracias, un estado de inquietud y malestar palpable. Afortunadamente, apenas terminó el responsable nacional su homilía papólatra, el director espiritual del grupo dejó, caritativa pero clara y fundamentada, su posición respecto a algunas actuaciones de Francisco. Porque el Papa, cualquier Papa, no tiene “infalibilidad habitual” y puede equivocarse y equivocarnos, máxime en el hipotético caso de que sea un “antipapa” o un “falso Papa” llegado a la Sede por votaciones de cardenales que pueden negarse a las moniciones del Espíritu Santo y a lo dispuesto por las leyes eclesiales.

He dicho lo anterior para dejar claro que el ambiente no era para preguntar por la estadística citada, por lo que no pude certificar lo oído. Y, desgraciadamente, no he podido confirmar categóricamente el dato del 7% de católicos practicantes en la España actual y la práctica desaparición de los mismos en muchas comarcas españolas.

Pero me inclino a creerlo, además de porque no creo que se lo inventara el sacerdote que lo dijo, porque todo apunta a ello. El primer dato oficial similar que encontré fue el del 17’7% de católicos que “acuden regularmente” a Misa, que aparece en la Memoria Anual de Actividades 2020 (AQUÍ) elaborada por la Conferencia Episcopal Española con muchos datos del año 2019.

Pero, posteriormente encontré la estadística “Asistencia a oficios religiosos entre los creyentes de España en junio de 2022” (Frecuencia de la práctica religiosa en España | Statista (AQUÍ); por el método de entrevista personal), en la se precisa que un 12% asisten “todos los domingos y festivos”, a lo que hay que sumar otro 4’8% que respondieron que asistían “varias veces a la semana”. Es decir, un 16’8%. Siendo de resaltar que bastante más de la mitad prácticamente no iban nunca (30% nunca, 23% casi nunca y un 21’3% “varias” veces al año). Estos datos se confirman por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS): “el porcentaje de personas que se definen como católicas ha bajado desde el 90’5% en mayo de 1978 hasta el 55’4% en octubre de 2021”. Y también por la prensa “de derechas” del año pasado, con titulares tales como

– “La mitad de los católicos apenas practica”.

– En 50 años el clero español ha descendido un 40 %, los matrimonios canónicos son la quinta parte del total y la mitad de los bebés no reciben el bautismo.

– 80 % de bodas civiles por un 20 % religiosas.

Pero, viendo el secretismo y triunfalismo con que la CEE enfrenta “la pastoral” en nuestra Patria, a día de hoy, y con datos “crudos” y actualizados, me inclino firmemente por la veracidad del 7% que manifestó el sacerdote anteriormente citado. Cifra, por otra parte, no tan absurda y que coincide con igual porcentaje en Francia, donde, eso sí, los grupos digamos “integristas” son mucho más grandes y activos que aquí.

Muchos más datos y ejemplos se podrían añadir a este apocalíptico panorama. Pero, por proximidad al momento del cenáculo que he citado, solo citaré que por entonces falleció el “cura” Enrique de Castro, quien hace más de cinco lustros escribió el ensayo “Dios es ateo”, porque “Dios no cree en ninguna de las religiones que hemos inventado”. Un sacerdote que, a pesar de lo anterior, siguió regentando la Parroquia de San Carlos Borromeo en Madrid, donde, además de otras actuaciones sacrílegas y herejes, fumaba y permitía fumar en Misa y daba bocadillos de chorizo en Viernes Santo, sin que ninguno de los obispos y arzobispos que han desfilado por la diócesis le suspendiera “a divinis” (y no hay que remontarse a Monseñor Lefevre para recordar que esas penas se siguen imponiendo a otros mensos modernistas.

Hace poco leí un magnífico ensayo sobre la “Asamblea Conjunta de Obispos y Sacerdotes” gestada en 1968 y celebrada en 1971, aquella en la que participaron desde el Cardenal Tarancón, su principal impulsor y entre otros muchos, a sacerdotes que luego llegaron a obispos (Fernando Sebastián, Olegario González, Antonio Rouco y José María Setién). Aquella cuyas conclusiones incluso el Papa Pablo VI condenó.

Cincuenta años después, han conseguido una España atea.

Ya solo queda en ella “el pequeño Resto” europeo y el mayor de “Las Españas”. Se ha cumplido el tiempo.