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18 marzo 2022 • Rito Romano Tradicional

Marcial Flavius - presbyter

Fiesta de san José: 19-marzo-2022

Epístola (Eclo 15, 1-6)

El justo es amado de Dios y de los hombres, y su memoria se conserva en bendición. Le hizo el Señor semejante en la gloria a los santos, y le engrandeció, y le hizo terrible a los enemigos; y él, con su palabra, hizo cesar las horrendas plagas. Le glorificó ante los reyes; le dio preceptos que promulgase a su pueblo y le mostró su gloria. Le santificó por medio de su fe y mansedumbre, y le escogió entre todos los hombres. Oyó a Dios y su voz; y le hizo Dios entrar dentro de la nube. Y le dio cara a cara los mandamientos y la ley de vida y de ciencia.

Evangelio (Mt 1, 18-21)

La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: «Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer. Y sin haberla conocido, ella dio a luz un hijo al que puso por nombre Jesús.

Reflexión

I.- Celebramos hoy la Fiesta de San José que la Iglesia celebra con especial solemnidad porque fue esposo de la Virgen María y padre legal o adoptivo de Jesucristo. Era tenido como padre de Jesucristo (Lc 3 23), porque cumplía con Él los oficios de padre. «fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia. Y durante el curso entero de su vida él cumplió plenamente con esos cargos y esas responsabilidades» (León XIII, Quamquam pluries, 3). Además, san José interviene en el cumplimiento de las promesas hechas por Dios en el Antiguo Testamento, de manera particular, la profecía a David por boca de Natán (2 Sam 7, 1-16) y en la que anuncia que el Mesías nacerá de la descendencia del rey David.

Por eso mismo, ha sido declarado Patrón de la Iglesia universal (Pio IX, Decreto Quemadmodum Deus, 8-dicembre-1870) La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, que continúa en el mundo entero la obra del Salvador por eso San José la mira y protege ahora como hizo con Jesucristo mientras vivía en la tierra. «Jesucristo es, de alguna manera, el primogénito de los cristianos, quienes por la adopción y la Redención son sus hermanos. Y por estas razones el Santo Patriarca contempla a la multitud de cristianos que conformamos la Iglesia como confiados especialmente a su cuidado […] Es, por tanto, conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces solía tutelar santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo» (Ibid.).

II.- Como el patronato de San José sobre la Iglesia es algo real, su protección debe llegar a cada uno de los fieles que formamos parte de ella.

Como todo lo que hizo Jesús en la tierra fue en favor nuestro, si quiso encarnarse en las entrañas de su Madre, la Virgen María, y tener un padre adoptivo puso en sus corazones tal amor hacia nosotros y tal poder cerca de Él que necesariamente escuchará cuanto ellos le pidan y todo lo que no hubiéramos podido obtener por nosotros mismos. «La protección de San José con sus devotos es poderosísima, porque no es de creer que Jesucristo quiera negar ninguna gracia a un Santo a quien quiso estar, sujeto en la tierra» (Catecismo Mayor).

III.- Para merecer la protección de San José hemos de invocarle a menudo con una confianza cordial e imitar sus virtudes, sobre todo la humildad y perfecta identificación con la divina voluntad, que fue siempre la regla de sus acciones.

Que esta fiesta que estamos celebrando sirva para que crezca en nosotros la devoción a san José. Le pedimos que nos acompañe en especial durante este tiempo de Cuaresma y nos alcance las gracias que necesitamos para la conversión y la mejora de nuestra vida cristiana. De esta manera, sostenidos con su protección mientras vivimos en la tierra podremos compartir la gloria del Cielo con él, que tuvo la dicha de morir en los brazos de Jesús y de la Virgen María.

Oración a san José de León XIII

A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio.

Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, oh providentísimo Custodio de la divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios. Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad.

Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para que, a ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.

Encíclica Quamquam Pluries (1889)