Widgetized Section

Go to Admin » Appearance » Widgets » and move Gabfire Widget: Social into that MastheadOverlay zone

31 diciembre 2021 • Rito Romano Tradicional

Marcial Flavius - presbyter

Octava de la Natividad del Señor: 1-enero-2022

Epístola (Tit 2, 11-15)

Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras. De esto es de lo que has de hablar. Exhorta y reprende con toda autoridad

Evangelio (Lc 2, 21)

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción

Reflexión

El 1 de enero termina la Octava de Navidad. Se entiende por «octava» la prolongación de una fiesta durante ocho días consecutivos. Y en la liturgia de la Iglesia dicha cifra está influida por el significado del número ocho como símbolo de la perfección final, escatológica. Como entre los judíos el sábado era el «séptimo día» los Padres de los primeros siglos veían en el domingo no solamente el primer día de la semana sino el «octavo día», evocador del final del tiempo en el siglo futuro: «Por eso, el día octavo es la bienaventuranza sempiterna; ese descanso, que es sempiterno, desemboca en el día octavo sin anochecer; de otro modo no sería eterno. Luego el día octavo será como el primero, porque no nos quitan la vida primitiva, sino que nos la devuelven eterna» (San Agustín, Epístola 55, 17).

I. Este día se lee en el Evangelio (Lc 2, 21) como también al octavo día de su nacimiento Jesús se sometió al rito de la circuncisión, prescrito para Abrahán y su descendencia.

La Circuncisión del Señor es señal de su inserción en la descendencia de Abraham, en cumplimiento de las promesas hechas durante el Antiguo Testamento, y de su sometimiento a la Ley (CATIC, 527). Y fue en esa ocasión cuando se le impuso el nombre de Jesús, que quiere decir «Salvador», como había revelado el Ángel antes de su concepción a la Virgen María y a san José. El rito de la circuncisión celebra la entrada de Jesús en la alianza y anuncia con anticipación «la Sangre de la nueva y eterna alianza que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados» (cfr. CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS, Directorio Homilético, 123).

II. En la antigua liturgia romana el 1 de enero también está consagrado de una manera especial a la Santísima Virgen como Madre de Dios. Por eso, en los textos de este día aparecen los testimonios de su veneración hacia el Hijo, con las expresiones de su admiración y tierna confianza para con su Madre. En particular, la Liturgia de las Horas de esta fiesta presenta todos los caracteres de un oficio mariano (por ejemplo, las antífonas de Laudes y Vísperas) y en la Misa se emplea el prefacio de la Virgen con mención expresa de su Maternidad.

Jesús es verdadero Dios y verdadero Hombre. Y el título de «Madre de Dios» que damos a la Virgen ratifica que en Jesucristo, que es Dios y hombre, hay dos naturalezas: la divina y la humana. Y no hay más que una Persona, y ésta es la divina.

Así se nos recuerda la intervención de la Santísima Virgen María en la obra de la Salvación en relación con Jesucristo, ya que, por medio de Ella, ha recibido la naturaleza humana. Y también en relación con nosotros, los miembros del Cuerpo místico de Cristo que es la Iglesia.

El título de «Madre de Dios», que hoy la liturgia pone de relieve, subraya la misión única de la Virgen santísima en la obra de la redención, misión que es el motivo de la devoción y el culto de que es objeto por parte de los cristianos. Por la fecunda virginidad de santa María, Dios entregó a los hombres el premio de la salud eterna (or. colecta), y por medio de Ella sigue llegando a los hombres la gracia que es la misma vida divina en nosotros.

O admirabile commercium! Creator generis humani, animatum corpus sumens, de virgine nasci dignatus est: et procedens homo sine semine, largitus est nobis suam deitatem.

¡Qué admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una Virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad (antífona 1 de Vísperas)

*

El Señor nos conceda a cuantos celebramos hoy a la Madre de Dios, que la comunión sacramental nos purifique de nuestros pecados, y nos haga partícipes, por su intercesión, del remedio celestial (poscomunión).