Go to Admin » Appearance » Widgets » and move Gabfire Widget: Social into that MastheadOverlay zone
«La teología, por lo mismo que es la ciencia de Dios, es el océano que contiene y abarca todas las ciencias, así como Dios es el océano que contiene y abarca todas las cosas»
Rito Romano Tradicional
Evangelio
Mt 4, 1-11
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas él respondió: Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna. Jesús le dijo: También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios. Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: Todo esto te daré si postrándote me adoras. Dícele entonces Jesús: Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto. Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.
Reflexión
Con el rito de la bendición e imposición de la Ceniza, ha comenzado la Cuaresma, que es el tiempo de la milicia cristiana, en palabras de San Bernardo, tiempo de combates y de victorias para el cristiano, por medio de las armas de la oración y la penitencia. A él tienen aplicación las palabras de la Escritura: «Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación» (2Cor 6, 2).
Y el Evangelio de este primer domingo nos presenta las tentaciones de Jesús en el desierto: «Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo» (Mt 4, 1). Dos detalles podemos hacer notar en este texto:
Los teólogos y autores que se han ocupado de este misterio de la vida de Cristo se preguntan: ¿Por qué fue tentado Jesús?
En la Carta a los Hebreos, se ponen en relación estas tentaciones con el sacerdocio de Cristo:
«Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados» (Hb 2, 17-18)
Como Dios que es, Jesucristo no podía sentir ninguna inclinación al pecado, por eso la tentación no tiene ningún efecto y la resistió fácilmente. Esta tentación se comprende sólo como humillación del Señor, quien, siendo el segundo Adán, quiso expiar así el pecado de los primeros padres. El diablo intentó averiguar quién era Jesús, y por otra parte quiso el Señor experimentar todas las debilidades de la naturaleza humana, aun las tentaciones. Y, como hemos visto, san Pablo relaciona las tentaciones sufridas con la condición sacerdotal de Cristo. Por disposición de Dios el Hijo se humilló, asemejándose a nosotros para hacerse Mediador entre Dios y los hombres. Sólo de esta manera pudo ser el Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, es decir, nuestro Redentor.
En efecto, Jesucristo es verdadero, sumo y eterno Sacerdote, en el sentido más estricto y riguroso de la palabra.
Dos aplicaciones podemos hacer de esta verdad acerca del sacerdocio de Cristo a nuestra vida: