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12 octubre 2019 • Bendita y alabada sea la hora en que la Virgen Santísima vino en carne mortal a Zaragoza.

Marcial Flavius - presbyter

Fiesta de Nuestra Señora del Pilar: 12-octubre-2019

Rito Romano Tradicional

Evangelio

Lc 11, 27-28: En aquel tiempo: Hablando Jesús al pueblo, levantó una mujer la voz de en medio del concurso y le dijo: Bienaventurado el vientre que te llefó, y los pechos que te amamantaron. Pero Jesús respondió: Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.

Aparición de la Virgen a Santiago el Mayor en Zaragoza (Virgen del Pilar). Tabla Gótico-Flamenca

Aparición de la Virgen a Santiago el Mayor en Zaragoza (Virgen del Pilar). Tabla Gótico-Flamenca

Reflexión

I. La secular advocación de nuestra Señora del Pilar, es símbolo de la firmeza de fe. La Virgen es la columna firme, el cimiento donde se asienta la fe y la guía segura hacia la salvación.

Al ver como en las naciones unidas por el vínculo de la Hispanidad se celebra hoy esta fiesta y al contemplar su amor a la Virgen podemos ver cumplidas las palabras de la Sagrada Escritura que le apropia la Liturgia católica: «Me arraigué en un pueblo glorioso, y en la porción de mi Dios, la cual es su herencia; y mi habitación fue en la multitud de los santos» (Eclo 24, 16).

En el misterio de lo escondido y lo oculto a nuestros ojos, se produce en nosotros una apertura a la trascendencia, la aceptación de algo que ha resistido el paso de los siglos. Nosotros vivimos unos años, pero tradiciones como ésta perduran durante generaciones y generaciones. Y la vivencia de cada cristiano desde la Iglesia de hoy, se inserta en el legado de sus padres y de sus antepasados..

Por eso los enemigos de la Iglesia y de España saben que destruir nuestra identidad como nación y como católicos es el camino más corto para alcanzar sus objetivos que no son otra cosa que la reiterada e inútil rebeldía de Satanás contra Dios. Aquel non serviamno serviré que se pronunció en los albores de la creación y que Cristo derrotó definitivamente en la Cruz pero con una Victoria que sabemos no llegara a su plenitud hasta el día su venida gloriosa. Por eso a nosotros nos corresponde permanecer anclados en la firmeza de la fe y la caridad representadas por el Pilar bendito de Zaragoza.

II. Hoy pedimos por intercesión de la Madre de Dios: permanecer firmes en la fe y constantes en la caridad.

Permanecer firmes en la fe

En el libro del Éxodo leemos cómo Dios precedía al pueblo en el desierto, de día como una columna en forma de nube para indicarle el camino, y de noche como una columna de fuego para alumbrarle (Ex 13, 21). Esa columna, nos recuerda que la Virgen fue quien marchó delante en la evangelización de los comienzos de la Iglesia: «Todos ellos perseveraban unánimes en oración, con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con los hermanos de Éste» (Hch 1, 14). Y también es quien ahora va primero, iluminando el camino de nuestra propia vida cristiana.

La fe, es el tesoro más grande que hemos recibido. ¿Hasta qué punto participamos de la plenitud de bienes que se encierra en la fe católica? Hoy es un día para examinar nuestra fe en presencia de la Santísima Virgen: ¿Es tan culta e instruida como lo exigen las necesidades actuales? ¿Conocemos tan a fondo nuestra religión que podemos dar razón de los fundamentos de la fe? ¿Tenemos la cultura religiosa necesaria para deshacer los sofismas de la moderna incredulidad?

Permanecer constantes en la caridad

No basta con conocer, hay que vivir conforme a la fe que se profesa, porque la fe sin obras es muerta. Cumplir conforme a las enseñanzas del Evangelio, los deberes cristianos en la vida particular, familiar y social. Sólo así concordarán las obras con la fe.

*

Hoy, en su fiesta, nos acercamos con el corazón a la Basílica del Pilar de Zaragoza y a tantos santuarios marianos, le pedimos a Nuestra Señora que nos guíe siempre.

Que Ella nos muestre el camino para que aumente nuestra fe, se fortalezca nuestra esperanza, crezca en intensidad nuestro  amor a Dios y al prójimo. Para que así nos muestre al fruto bendito de su vientre por toda la eternidad en la gloria del Cielo.