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23 agosto 2018 • Dos fotografías que nos explican el porqué de lo que ocurrió

Moisés Domínguez Núñez

Guareña, revolución-contrarevolucion. Dos imágenes valen más que mil palabras

Artículo publicado el 27 de octubre de 2014

No entraremos en un estudio en profundidad de los hechos acaecidos en la localidad pacense de Guareña durante la Guerra Civil pues los terribles sucesos que sufrió el pueblo ya ha sido abordados con bastante tino por los investigadores Ángel David Martín Rubio (La represión roja en Badajoz, [Oviedo]: Tarfe, 1995 y “La Guerra Civil en la Comarca de Guareña”, Revista de Estudios Extremeños, 51-3 (1995) 793-810) y Juan Ángel Ruiz Rodríguez (La Segunda República y la Guerra Civil en Guareña, Badajoz: Diputación Provincial, 2012).

Tan solo anotemos que antes de la entrada de las tropas rebeldes hubo un verdadero holocausto pues nada más y nada menos que 81 personas inocentes fueron asesinadas a manos de las milicias del Frente Popular, en tan solo dos meses y medio una vez iniciado el levantamiento militar (63 de ellas en la matanza del 11 de agosto). Todo un record. No fue menos cruel la represión que vino a posteriori pero esta se dilató en el tiempo durante el resto de la guerra y la posguerra, siendo el total de la represión nacional de 48 muertos, a los que habría que añadir otros 60 vecinos que fueron fusilados en otras ciudades de la provincia después de ser sometidos a consejo de guerra. Dato en absoluto baladí dada la desproporción en el tiempo de ambas represiones. El paciente lector puede sacar las conclusiones oportunas pues no hay que hacer mucho esfuerzo para imaginar qué hubiese ocurrido si Guareña hubiera estado en manos del Frente-Popular hasta el fin de la Guerra Civil o en la posguerra.

Sin embargo, nos pararemos en dos fotografías que nos explican el porqué de lo que ocurrió en Guareña y que sería, por ende, extensible al resto de aquella España en llamas. Es decir el ojo por ojo y diente por diente. En aquella visión goyesca de hombres a garrotazos que tanto gusta repetir a los españoles de toda época.

A la Revolución que se plasma con toda su crueldad en la primera fotografia con la imagen de una mujer asesinada por los “rojos” en Guareña siguió la Contrarevolución que se ejemplifica en el paseíllo hasta las tapias del Cementerio de aquellos milicianos que, sin que sepamos si tuvieron o no que ver en aquellos episodio de sangre y horror, fueron fusilados.

La primera foto salió publicada en portada del diario La Prensa (Sta. Cruz de Tenerife) del 19 de Diciembre de 1936. No necesita más comentarios.Terrible, dantesca e inhumana. Es de suponer que sería hecha al entrar las tropas nacionales en la población, circunstancia en la que darían con la huella de uno de los últimos crímenes cometidos por los frentepopulistas.

“Sobre las 20 horas del día 29 de septiembre de 1936, un grupo de milicianos armados de fusiles, pistolas y otras armas de fuego, la mayoría de ellos vecinos de esta localidad, asaltó el domicilio de Dª Isabel Cortés Mancha […], viuda y anciana de más de ochenta años, a la que acompañaban, por residir en la misma casa sus hijos Dª.Magdalena, D.Francisco y D.Juan Mancha Cortés, su hermana DªAna Cortés Mancha, varios nietos y algunas criadas. El grupo armado, una vez que le fue franqueada la entrada, sin hablar una sola palabra, hizo numerosos disparos sobre la familia y personal sirviente, resultando de las primeras descargas muerta DªIsabel Cortés Mancha y heridos casi todos los habitantes de la casa. Después, con sangre fría y feroz refinamiento, se dirigieron los asesinos a una alcoba donde se hallaba enfermo en cama Don Juan Carlos Mancha Cortés, al que en ropas menores lo sacaron al pasillo de la casa, y acercándole a su vista a tres hijos suyos, niños de 12,10 y 8 años, lo fusilaron. Un hijo de éste, de 17 años llamado Manuel Mancha Mancha, lo sacaron a la calle y a presencia de su madre también lo asesinaron. Los cadáveres de estas tres personas fueron llevados por los rojos y arrojados al corral de la casa número 7 de la calle Mártires de 1936 (actual nombre). Los heridos los condujeron a referida casa, donde tenían instalada una especie de hospital, llevándolos por la calle a empujones, de forma salvaje, no obstante la gravedad de las heridas pues algunos murieron a consecuencia de ellas. Estos heridos de mayor consideración lo fueron: Juana Mendoza (sirvienta), que falleció a consecuencia de las heridas, Dolores Antúnez Pérez (que ha sufrido la amputación de una pierna), DªMagdalena Mancha Cortés y Francisca Álvarez Pozo (sirvienta); estos heridos fueron abandonados por el personal sanitario (según refiere Dolores Antúnez), al observar la aproximación de las Tropas Nacionales, las cuales entraron en la población, liberándola, al día siguiente, o sea, el día 30 de expresado mes de septiembre” (Informe de la Guardia Civil, Guareña, 16-mayo-1943, AHN, CG, Leg.1053(2) y 1056).


De la segunda si podemos comentar que al igual que ha pasado en otras ocasiones el investigador/a de turno equivoca lugar y fecha. La primera vez que vi esta foto fue en el dominical de El País del 27 de Marzo de 2011 en un artículo firmado por Tereixa Constenla titulado España Masacrada, página 55. La leyenda que enmarcaba la fotografía decía textualmente: “Milicianos llevan en un camión a un grupo de condenados a muerte en Mérida. Agosto de 1936”.

Desconozco la fuente donde bebió la periodista pero desde luego esta foto no corresponde “a los crímenes de la zona republicana se concentraron entre Julio y Diciembre de 1936, hasta que el Estado recuperó cierto control sobre la justicia y la represión”.

Y no corresponde porque no se tomó en Mérida ni fue cazada en Agosto de 1936 ni por supuesto los que custodian a los pobres desgraciados que van camino del cementerio son milicianos. Con una mirada a vuela pluma el observador menos avezado podría ver que los milicianos son realmente soldados (exactamente soldados del Regimiento de Infantería Castilla nº 3 de Badajoz) y que en el fondo de la bañera del camión se ve al menos a un falangista. Los que van sentados en la plataforma de madera del camión si son milicianos del Frente-popular y así lo refleja en la página 27 del semanario parisino ilustrado L’Illustration: Journal Hebdomadaire Universel, nº 4.896, de 2 de Enero de 1937 cuya leyenda expresa “A GUAREÑA PRES DE MERIDA (PROVINCE DE BADAJOZ) DES CONDAMMES GOUVERNEMENTAUX SONT EMMENES EN CAMION SUR LE LIEU DE LEUR EXECUTION” Es decir “En Guareña cerca de Mérida (Provincia de Badajoz ) los condenados gubernamentales son conducidos en un camión al lugar de la ejecución”.

Aclarada la cuestión del pueblo (Guareña) queda por dilucidar cuándo y el lugar exacto. En cuanto al cuándo fue tomada, dado que Guareña cae en poder del ejército nacional el 30 de Septiembre de 1936 y la foto salió publicada en Enero de 1937, no cabe lugar a dudas, por las ropas de las niñas que aparecen en la misma, que la misma fue cazada a primeros del mes de Octubre de 1936 poco después de ocupada la población.

Desconozco el nombre del fotógrafo que tomó la instantanea, lo que sí es seguro es que esta agencia (L’Illustration) tenía reporteros en ambos frentes y a uno de ellos le cabe el honor de haber dejado para la inmortalidad esta extraordinaria fotografía.

En cuanto a la lugar exacto también lo hemos localizado pues la imagen corresponde, sin lugar a dudas, a la travesía de la calle de las Cuatro Esquinas con la calle Matasanos muy cerca del edificio -que se ve a la izquierda- que es la actual sede de la Casa de la Cultura de Guareña.

Con dos simples imágenes explicamos el porqué de lo ocurrido en la Guerra Civil española: revolución-contrarrevolución.