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2 junio 2018 • "ESTE ES EL PAN QUE HA BAJADO DEL CIELO" • Fuente: Reflexión publicada en Página Católica

Marcial Flavius - presbyter

Fiesta del “Corpus Christi”: 3-junio-2018

Rito Romano Tradicional

Evangelio

Jn 6, 56-59: En aquel tiempo dijo Jesús a las turbas de los judíos: “El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mí y yo en él. Como el Padre que me ha enviado vive y yo vivo por el Padre, así el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente”

Murillo: «El triunfo de la Eucaristía»

Reflexión

El jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad, se celebra la solemnidad del Santísimo Sacramento de la Eucaristía o Corpus Christi.

Esta fiesta puede ser trasladada al Domingo siguiente por la autoridad eclesiástica, en caso de considerarlo necesario, como ocurrió en nuestro país cuando la política laicista eliminó el feriado correspondiente.

A pesar de que la Iglesia celebra el Jueves Santo la institución del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, debido a que entonces está de luto por la Pasión de Jesucristo, ha juzgado conveniente instituir otra fiesta particular para honrar este misterio con pleno regocijo.

Para honrar el misterio que se celebra el día del Corpus

  • hemos de acercarnos con particular devoción y fervor a la Sagrada Comunión, y dar gracias con todo el afecto de nuestra alma al Señor, que se ha dignado dársenos a cada uno de nosotros en este sacramento;
  • hemos de asistir en esta solemnidad a los oficios divinos, y particularmente al santo sacrificio de la Misa, y hacer frecuentes visitas a Jesús oculto en las especies sacramentales.

En la fiesta del Corpus se lleva solemnemente la Santísima Eucaristía en procesión:

  • para honrar a la Humanidad Santísima de nuestro Señor, escondida en las especies sacramentales;
  • para avivar la fe y aumentar la devoción de los fieles a este misterio;
  • para celebrar la victoria que ha dado a su Iglesia contra todos los enemigos del Sacramento;
  • para reparar de algún modo las injurias que recibe de los enemigos de nuestra religión.

A la procesión del Corpus hay que asistir:

  • con gran recogimiento y modestia;
  • con intención de honrar por medio de nuestras adoraciones el triunfo de Jesucristo;
  • pidiéndole humildemente perdón de las comuniones indignas y de todas las demás profanaciones que se cometen contra este divino Sacramento;
  • con sentimientos de fe, confianza, amor y reconocimiento a Jesucristo, presente en la hostia consagrada.

Hoy la Iglesia despliega sus galas, y se deshace en cánticos y alabanzas a la divina Eucaristía. Y no bastándole el recinto del templo ni la quietud del santuario se derrama, como hemos dicho, por las calles y plazas de pueblos y ciudades en devoto y festiva procesión, paseando en artísticas custodias y bajo palio al Rey de reyes, encerrado en la Hostia consagrada.

Es el Rey del pueblo, el Rey de la ciudad, el Rey de todos.¡Paso al Santísimo Sacramento! ¡Para Él campanas, para Él las salvas de los cañones! ¡Para Él el tributo de las espadas, las palmas y las ofrendas! Y que Él , en amorosa correspondencia, bendiga y consuele a los que lo pasean en triunfo, reconociéndolo como Dueño y Señor.