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2 enero 2018 • Las carencias investigadoras de un historiador de “bandera”

Moisés Domínguez Núñez

Manuel Nieto Pascual: Cuando los represaliados dejan de serlo

Últimamente se han puesto de moda los listados interminables de represaliados que, supuestamente, cayeron  a manos de los “fascistas” durante la Guerra Civil española o la posguerra. Desde mi punto de vista habría que revisar esos listines pues la falta de rigor y errores gruesos abundan en muchos de ellos.

Hoy traemos a colación un caso que podría extenderse a cientos y que es un paradigma de la falta de rigor científico de algunos presuntos historiadores que se rodean de cierto halo académico, cuando en realidad no pasan de ser meros cuenta-cuentos que añaden muertos y más muertos, en sus listados, como represaliados de derechas que en realidad no cayeron a manos ni de unos (rojos) ni de otros (azules). Inocentes victimas de una guerra cruel que por respeto a sus familias deberían salir inmediatamente de esos listados.

El ejemplo que traemos hoy es realmente paradigmático de la forma tan «científica» de trabajar este asunto por parte de uno de los adalides de la historiografía de combate entendida como ciencia al servicio del mesianismo y como continuación activa de una Guerra que acabó hace más de 80 años y cuyo único objetivo es aniquilar civilmente a todo aquel que ose poner en tela de juicio sus deseos revisionistas frente a una realidad que les puede «chafar» unos trabajos que no están sometidos al menor contraste.

La muerte visita Mérida

El 18 de Septiembre de 1936, «la Gloriosa», así se denominaba la aviación del Frente Popular, hizo su enésimo raid sobre la ciudad de Mérida. Dejando tras de si un rastro de muerte y destrucción. De hecho habría que decir que en la capital extremeña el número de muertos y heridos por la aviación “roja” fue superior a las producidas en la famosa Guernica. Ya hicimos una recesión a este asunto que se puede leer en:

http://desdemicampanario.blogspot.com.es/2012/07/merida-la-guernica-extremena-por-moises.html

Volviendo al asunto que hoy nos ocupa, hemos de decir que ese día fallecieron en Mérida cinco paisanos debido a las bombas de la aviación del Frente Popular. Uno de esos desdichados era el niño de catorce años Manuel Nieto Pascual. Su muerte se inscribe en el Registro Civil de Mérida , nada más y nada menos que el 29 de Enero de 1951 (Folio 29 pagina 37).

Y es aquí cuando el historiador o investigador histórico solvente debería saber separar el grano de la paja.

Y la manipulación llega después

Sorprendentemente, el historiador extremeño Francisco Espinosa; hijo del camisa vieja de Villafranca de los Barros, José Espinosa Moro, en su libro La Columna de la Muerte le contabiliza como víctima de la represión nacional y hace la siguiente consideración: «Por increíble que parezca, la persona inscrita (en 1951) había nacido en 1929 y en profesión consta la de jornalero» (páginas 390 y nota 677 de la página 520 de la primera edición de la obra).

Acta de defuncion de Manuel Nieto Pascual (Registro Civil de Mérida)

Aunque, efectivamente como podemos comprobar, en su partida de defunción expresa, como causa de la muerte «relacionadas con la Guerra Civil» como hemos dicho esta muerte se debió, realmente, a las heridas mortales producidas por una bomba de la Aviación ¡¡¡¡GUBERNAMENTAL!!!! Si se contrastan las fuentes primarias, comprobaremos que la noticia de la muerte de este infeliz muchacho salió publicada en el periódico Hoy del 23 de septiembre de 1936, en su página tres.

Es decir, al comprobar la causa de defunción «Causas relacionadas con la guerra» al historiador de Villafranca de los Barrosse le debió iluminar la bombilla y tuvo que decir: «REPRESALIAO, REPRESALIAO, OTRO PA LA LISTA DE LOS “AFUSILAOS”» ¡Curiosa manera de contabilizar muertos!

En definitiva, esto demuestra que habría que revisar y poner en cuarentena todos los nombres de “represaliados” en el que la causa de la muerte este” relacionada con la guerra», aunque eso es un trabajo de chinos y evidentemente el Departamento de Historia de la Universidad Extremeña no esta para meterse estos berenjenales.

Un buen amigo, historiador fiable y riguroso, sin cobrar un euro de subvención al cobijo de la Ley de Memoria Histórica, empezó a revisar los listados de Francisco Espinosa ,y detectó en una primera lectura, a vuela pluma, 213 errores y no solo eso , sino que localizó, sin profundizar más, 732 errores en la lista de la Universidad Extremeña.

¿Cuantos paisanos que constan en los Registros Civiles como muertos a “Causas relacionadas con la guerra » estarán mal incluidos en los listados de represaliados de Espinosa y de la UEX ?

Para acabar, no podía por menos comentar que hace unos días el historiador de bandera de la memoria histórica (Sr. Francisco Espinosa Maestre ) no ha tenido empacho ni reparo en utilizar, para un par de artículos que ha publicado en el diario digital “ el diario.es», un par de fotos que descubrí en Australia sobre “ las matanzas de Badajoz “, hasta ahí todo bien, cada cual puede publicar lo que le venga en gana pero no es de recibo que utilice sin mi permiso ni autorización imágenes que me costó mucho esfuerzo conseguir. Me puse en contacto con ese diario y al menos una de esas imágenes ha sido correctamente etiquetada haciendo referencia a la fuente.

Es curioso, que quien me ha criticado, llegado al límite de la injuria, use mi trabajo para sus libelos. Eso significa que el dicente no lo ha hecho del todo mal. A mí me daría un poco de vergüenza usar el trabajo del “ enemigo” para cubrir las limitaciones metodológicas en una investigación histórica y ¿a él?