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4 diciembre 2017 • ¿Le aplicará la ultraizquierda la "Ley" de memoria histórica?

Moisés Domínguez Núñez

Cuando Unamuno era un “españolazo franquista”

A comienzos de septiembre de 1936, el corresponsal del periódico parisino Le Matin, Merry Bromberger, visita Salamanca con la idea de entrevistar a Miguel de Unamuno.

Una vez concertada la visita dirige sus pasos hacia la casa del Rector de la Universidad de Salamanca, no muy lejos de la Plaza Mayor. Lo primero que le llama la atención es la propia vivienda en que reside, a la que compara en antigüedad con la magna catedral Salmantina. La describe como una casa sobria y sombría, sin lugar a florituras.

Se encuentra con un escritor, de aspecto avejentado y de barba cana con una mirada penetrante e incisiva, al que encuentra preocupado y dolido por la situación que vive su país y que tras haber comprobado como se arma al “pueblo” decide unirse al movimiento nacional al frente de dos militares a los que admira: general Mola y general Franco. Al periodista galo le llama la atención lo precisa, mordaz y sagaz conversación del profesor, que no deja títere con cabeza a la hora de criticar la política del Frente Popular y sobre todo, no pierde la oportunidad para censurar a un personaje a quien detesta: el presidente de la República Manuel Azaña.

Merry Bromberger expresa de forma literal:

“…hay pocos españoles que sufran con mayor intensidad, la Guerra Civil. Nadie vivió el drama español más intensamente y lo juzgó de forma más independiente y sin partidismos”.

Entrando en el fondo del asunto, Unamuno empieza a contestar a las preguntas del corresponsal de Le Matin:

“…Todavía no hemos entendido en el extranjero, nos dice, la naturaleza de esta guerra civil, la más terrible que España ha conocido y que llevará al país a la ruina, a una herida abierta de par en par. No importa que España esté en las garras de una epidemia loca, que ha sido devastada por la sombra de un gobierno delincuente, que no tiene otra solución que los cañones y el fuego. Creemos en una guerra de ideas. Pero no hay una sola idea involucrada en esta guerra, sino una plaga desatada en vano. Sugerimos una mediación, una tregua, para intercambiar rehenes y detener las ejecuciones. No hay voluntad para parar esta locura…”

Como vemos es muy critico con la situación a la que ha llevado a España el “Gobierno delincuente” del Frente Popular y que ha degenerado en una Guerra Civil a muerte entre dos bandos irreconciliables.

Frente a la idea generalizada entre los historiadores de combate de que aquella ola de odio, que llevó al asesinato de miles y miles de españoles de orden, era una reacción improvisada de cuatro indiscriminados, el rector argumenta que estos actos de locura sangrienta no tienen su base en la desesperación de las masas sino en la aniquilación preconcebida del adversario, y ojo, esta hablando del Frente Popular no del Régimen pre-franquista militarista , al que se ha unido por convicción no por obligación y que es la única fuerza, según él, que puede reconducir la situación de desorden y caos que asola la piel de toro. No le falta razón en su basamento :

“España sufre una epidemia de locura criminal. La locura que la arrasa es tal que solo puede tener un origen patológico. Nunca, incluso en las guerras civiles del otro siglo, hemos visto tal avalancha de horrores.

No se trata de defender principios o mejoras sociales. Nos enfrentamos a una ola de destrucción, asesinatos, saqueos y crímenes de todo tipo. Los comunistas españoles nunca han tenido noción de una política constructiva. Los anarquistas ni siquiera se han ruborizado por esta idea. Los hombres son solo presa del furioso delirio. Tal vez es una crisis de desesperación. La España católica ha perdido toda esperanza de reconciliación. Las iglesias que son devastadas, demolidas, quemadas, los cristos decapitados, los esqueletos que son desenterrados son actos de terror no de desesperación”.

 Esta parte de la entrevista es la más dura y crítica con el “desgobierno” de Madrid. Aquí deja algunas perlas para con su “amigo” Manuel Azaña.

“…Se habla del gobierno de Madrid, pero no hay gobierno en Madrid. Solo las bandas armadas cometen todas las atrocidades imaginables. El poder está en manos de los presos liberados que se pasean amenazantes blandiendo sus pistolas. Azaña ya no representa nada. Lo veo muy bien en su palacio, porque lo conozco desde hace más treinta años. Con sus despistes, ocupado tomando notas para luego escribir sus memorias. Es una mezquita de frivolidad que nunca ha pensado en otra cosa que no sea la redacción de sus artículos. Él es el responsable de todo lo que sucede. Cuando vio venir el movimiento militar, el creyó que era un simple pronunciamiento. No se dio cuenta de que había un pueblo listo para unirse al ejército. Dijo: “Que se entreguen las armas al pueblo”. El creyó que el Frente Popular solo lo formaban los campesinos y los obreros que finalmente se han revelado como bandidos. Despreció a los pequeños burgueses y armó a todo aquel que podía llevar un rifle en la mano. No se comprende como un hombre de estado puede tener tan poco sentido de la historia, siempre sumido en sus libros, sin comprender el preciso momento que le ha tocado vivir “

Nuevamente actúa como un visionario y predice que la lucha será larga, sangrienta y a muerte, hasta que uno de los dos bandos venza no acabara esta Guerra.

“Entre estos criminales y los pueblos armados que los combaten junto con el ejército, la lucha será larga. Muy larga, terrorífica”.

Algunos que se aprende dos frases hechas, para salir de apuros respecto al “proces”, podían acordarse del viejo Rector con respecto al separatismo catalán. Iba la cita:

“Estoy estremecido por lo que pasaba en Cataluña, qué necedad insensata esa idea separatista que se alió con la anarquía. En mi tierra, que es el País Vasco, tiene algo más de sentido común”.

«Militarmente, por lo menos, este soldado puede salvar a España” (Unamuno)

Aquí viene la parte mollar de la entrevista. De forma indubitada alaba el trabajo que están haciendo los generales Mola y Franco para salvar a España del las garras del comunismo y es más, él que cree más “en un cura que en Teniente-Coronel”, identifica a la única figura militar que sacará a su país del atolladero en el que la ha asumido el Frente Popular. No es otro que Francisco Franco Bahamonde:

“Afortunadamente, el ejército ha demostrado una gran habilidad. Franco y Mola tuvieron la prudencia de negarse a hablar en contra de la República. Ambos son hombres pausados, con determinaciones reflexivas. Franco ha tenido la oportunidad, sirviendo en Marruecos de forjarse como un líder de primer orden.

Y con un gesto de la mano, Unamuno subraya su admiración:

Militarmente, por lo menos, este soldado puede salvar a España”.

Para acabar la entrevista, Don Miguel de Unamuno vuelve a lo personal, a lo particular, para demostrar que a todos los españoles les ha afectado de una manera u otra esta locura .Todos tienen familiares que han sufrido la Guerra y él no es una excepción:

 Lo pienso con mucho miedo. Tengo dos hijos y un yerno en Madrid de quienes no tengo noticias. Uno de mis parientes que vive cerca de mí acaba de enterarse de que dispararon a su esposo en la capital y no sabe qué fue de sus hijos “.

Como observamos , en esta entrevista ocurrida apenas un mes antes del famoso “incidente” del Paraninfo de la Universidad, y publicada en el periódico de referencia el 9 de septiembre de 1936 , Unamunovuelve a ratificarse en su posicionamiento claramente a favor del alzamiento nacional, al igual que lo había hecho anteriormente con los periodistas Raymond Lacoste del Echo de Paris y H.R. Knickerbocker de la agencia INSS. Veamos sus declaraciones a Monsieur Lacaste el 17 de Agosto de 1936:

“…Estamos ante una lucha entre la civilización y la anarquía .Madrid no representa realmente la Democracia… Es la anarquía en su forma más perversa, es un movimiento tremendo nacido de la vieja disputa entre Bakounine y Marx. El viejo nihilismo ruso no está muerto. Simplemente ha emigrado a España. Cuantas veces vi en las paredes de los pueblos tomadas al enemigo la estúpida inscripción: ¡Viva la Muerte! , ¡Viva la dinamita!, ¡Viva la muerte en directo! Azaña es un hombre perdido…”.

Para concluir, como comprobamos, es importante anotar como el leitmotiv “¡Viva la Muerte!” No fue un copyright exclusivo del General Millán Astray durante la Guerra Civil.

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