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18 marzo 2017 • Así como los judíos erraron respecto a la Primera Venida, los cristianos pueden errar respecto a la Segunda Venida • Fuente: Tradición Digital

Tradición Digital

El Cielo puede esperar

Destacamos este pasaje de un texto del padre Castellani recomendando la lectura completa del artículo del padre Ceriani en Radio Cristiandad:

Lo grave y lo actual del asunto es que, así como los judíos erraron respecto a la Primera Venida, los cristianos pueden errar respecto a la Segunda Venida…

Y está predicho que van a errar, porque antes de la Parusía vendrá primero la Gran Apostasía, profetizada por San Pablo.

Ya lo vemos, porque la Nueva Teología:

1°) No recuerda nunca la Gran Apostasía

2°) No tiene en cuenta la Segunda Venida

3°) Tiene como un dogma inconcuso que la Iglesia y el Mundo tienen que ir adelante, ir adelante, ir adelante siempre, lo menos durante millones de años…

Y esto no es solamente un error en la fe, sino un disparate ante la razón.

Es un retrato perfecto de la situación actual en el que quedan retratados:

  1. los modernistas de amplio espectro triunfantes y pagados de sí mismos: el Cielo puede esperar, y Jesucristo en su Parusía también;
  2. los modernistas conservadores que, a fuer de los millones de años citados por Castellani, necesariamente tienen que creer en restauraciones improbables hasta que en una de estas sencillamente ya no haya restauración y se la peguen, como bien puede ser esta la ocasión: para estos Jesucristo también puede esperar;
  3. los despistados judaizantes de todos los lados que creen que son ellos los que van a conquistar el mundo para entregárselo al Señor en bandeja de plata: y de nuevo que Jesucristo se espere un poquito que ya estamos a puntito casi de concluir la tarea;
  4. los que piensan que necesitan reconocimiento de catolicidad por parte de los fariseos modernistas y que igualmente creen que todo sacrificio y todo tipo de negocio sucio es poco con tal de promover la deseada restauración que ha de venir: y que Jesucristo se espere mientras se idolatra a la Iglesia (que no por ser la Iglesia va a dejar de ser delito de idolatría).

Y sin embargo Jesucristo vendrá cuando menos se lo esperen todos, como talmente puede ser ya mismo.

Desde luego el fenómeno psicológico de “a mí no me va a tocar” es digno de estudio: 20 siglos de doctrina católica imbatible para acabar así. Nos preguntamos si a estas alturas, además de otras cosas, alguien cree en el artículo de fe: et iterum venturus est cum gloria. “Claro que sí — nos dirán — pero es que a mí no me va a tocar, eso sucederá después, les tocará a otros, pero a mí no, a mí no me puede tocar, no no, es imposible”.

¿Que será? ¿Miedo? ¿Pánico? ¿Pero miedo de qué? ¿Falta de fe? ¿Falta de esperanza? ¿No nos dijo Aquel a Quién se supone que amamos y escuchamos que cuando viéramos suceder estas cosas nos yerguésemos y levantásemos nuestras cabezas, que nos alegráramos? Precisamente lo que no nos dejó dicho es que nos encogiéramos del miedo hasta que el pánico nos hiciera perder la razón, el sentido común, y la fe, y la esperanza y andando el tiempo la caridad.

Repetimos: digno de estudio y materia para otro artículo, o tesis doctoral mas bien.

Estrambote 1: Tal aversión tienen a la Santa Parusía que de producirse hoy mismo nos imaginamos a los aludidos huyendo despavoridos tratando de esconderse hasta debajo de las piedras. Mejor no intentar sacar conclusiones…

Estrambote 2: Del mismo modo que los buenos hebreos del Antiguo Testamento rezaban con piedad y fervor para que Dios les lloviera del Cielo al Justo, que enviara Dios al Mesías, igualmente deben los buenos cristianos orar y pedir con vehemencia a nuestro Buen Dios para que acorte estos tiempos y sufrimientos finales y no demore su Regreso.

Nos imaginamos sin embargo a los neo-fariseos judaizantes de todos los colores pidiendo y rogando para que Jesús no vuelva aun, para que sean ellos (es un decir, en realidad solo saben quedarse en Babia) los que le entreguen al Señor un mundo sometido dejando así “sin empleo” a Jesús en su Parusía. Es decir, exáctamente lo mismo que los fariseos judíos contemporáneos, los talmúdicos, quienes precisamente a quién esperan es al Anticristo que vendrá solo, según sus creencias (y tal y como van las cosas no parecen ir desencaminados), cuando Sión tenga al mundo entero sometido. De nuevo: mejor tratar de no concluir nada…