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20 diciembre 2016 • La “memoria histórica” aspira a restaurar la censura e instituir la “verdad oficial”

Gabriel García

Desmemoriados en Toledo y Callosa de Segura

Denunciaba el profesor Francisco Torres en una reciente entrevista concedida al portal Hispaniainfo [1] que “es evidente que la “memoria histórica” aspira a restaurar la censura e instituir la “verdad oficial” y nosotros, los historiadores “revisionistas”, vamos a ser uno de sus objetivos”. Recientemente ha podido cumplirse este desgraciado pronóstico con la suspensión de la presentación de un libro sobre el asedio del Alcázar de Toledo en este mismo edificio, previa censura mediática por parte de Izquierda Unida [2] y gracias a la actitud cómplice del Ministerio de Defensa.

Los argumentos de la coalición bajo la que se camufla el Partido Comunista de España se limitan a soltar adjetivos descalificativos de toda índole, resultando especialmente vomitivo este párrafo publicado por el Responsable de Memoria ¿Democrática? de Izquierda Unida en Castilla – La Mancha:

“El acto se convoca en ese museo sito (según invitación y que mantiene la página del ministerio de defensa) en la calle Unión s/n, cuando hace tiempo esa vía se denomina calle De la Paz. Se ve que la paz y el museo están reñidos, ¿será que aunque quieran vender lo contrario el lugar sigue dando un tufo franquista, un olor fascista, una peste nazi?. MEMORIA. Pero si es grave el que se publiquen estos libros que ensalzan lo peor de la historia reciente de nuestro país, dando pábulo a las mentiras que el franquismo vendió durante y después de la muerte del genocida, peor es que el acto de presentación esté avalado en un recinto que, según se vende, es la esencia de los valores patrios” [3].

Todo lo anterior viene después de que el autor de estas líneas haya dicho sin sonrojarse que “terrorismo es la concepción y práctica de una forma de lucha política que usa la violencia para obtener cambios sociales, políticos o institucionales o la dominación que se ejerce sobre las personas por medio del terror” y no se le caiga la cara de vergüenza por identificar estas palabras con los sublevados del 18 de Julio de 1936 y no con la Unión Soviética stalinista [4] o, sin ir más lejos, con el acoso sectario que ejercían los militantes de los partidos del Frente Popular sobre sus opositores, antes de la sublevación y durante la posterior Guerra Civil.

Estos mismos sujetos tampoco tienen escrúpulos en exigir la retirada de la cruz en recuerdo a los caídos de Callosa de Segura (Alicante) [5]; sin embargo, aquí por ahora no se han salido con la suya y han recibido una respuesta admirable por parte de los vecinos que rechazan semejante injusticia. Vaya desde aquí mi reconocimiento a quienes se oponen a la imposición de una Historia oficial que dista mucho de la que fue reamente. Y dado que tanto les gusta hablar de memoria histórica, viene bien recoger lo publicado por Francisco Torres en su último trabajo La vida por José Antonio. Entre la represión y el olvido acerca de la represión frentepopulista en la provincia de Alicante:

“No pocos falangistas acabaron en los “campos de trabajo”. En diciembre de 1936 el Ministro de Justicia, el anarquista Juan García Oliver, ponía en marcha este tipo de centros de internamiento en los que, como en el Gulag soviético, los detenidos serían obligados a trabajar. En la España republicana había decenas de miles de presos. Un tema prácticamente tabú para la investigación académica centrada en los “campos franquistas”, olvidando que algunos de ellos eran los que los republicanos habían puesto en marcha. La Gaceta de la República recogía su creación bajo la denominación de “campos de trabajo” el 27 de diciembre de 1936. Era la respuesta a la petición del propio Ministro de “campos de concentración para los fascistas”. Varios de ellos aparecerían entre Alicante y Almería a donde llegaron no pocos de los presos de las provincias de Murcia y Alicante” [6].

Estos campos de concentración para opositores al Frente Popular también es memoria histórica, pero la de los representantes de Izquierda Unida es demasiado interesada y no hablarán de esto, como tampoco hablarán de los conflictos internos dentro de las filas del Partido Socialista, los tiros cruzados entre anarquistas o comunistas o la represión soviética contra los comunistas de Andreu Nin. Ellos prefieren vender una imagen idílica de una República que eran los primeros en detestar y presentar a Franco como su particular versión del sacamantecas con el fin de aglutinar a su alrededor a adeptos sin espíritu crítico. También debe considerarse memoria histórica cómo durante la Transición se aceptó por parte del Partido Comunista de España y de Santiago Carrillo tanto la monarquía borbónica como la actual Constitución y la bandera rojigualda (con el Águila de San Juan, para más señas). Es lo que tiene la memoria, que a veces olvida o modifica aquello que a uno no le conviene recordar. Lástima para los dirigentes de Izquierda Unida que los hechos históricos no puedan borrarse y, por más que les enfurruñe, ni la gesta del Alcázar ni los crímenes frentepopulistas podrán dejar de existir por más imposiciones legales que se promulguen en su contra y por más monumentos que pretendan retirar.

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[1] “Entrevista a Francisco Torres, autor de La vida por José Antonio”, 30/11/2016, Hispaniainfo: http://www.hispaniainfo.es/web/2016/11/30/entrevista-a-francisco-torres-autor-de-la-vida-por-jose-antonio

[2] IU denuncia “el uso del Museo del Ejército para el homenaje y exaltación de golpistas y fascistas”, 12/12/2016, Encastillalamancha.es: http://www.encastillalamancha.es/noticia/76416/wwwencastillalamanchaes

[3] “Sedición, golpismo y terrorismo (sin novedad en el Alcázar)”, Emilio Sales Almazán, 14/12/2016, web de Izquierda Unida Castilla – La Mancha: http://www.iuclm.es/2016/12/14/sedicion-golpismo-y-terrorismo-sin-novedad-en-el-alcazar-articulo-de-opinion/

[4] En aquella época la Unión Soviética era aliada del Partido Comunista de España. En 1939 se repartió Polonia con el Tercer Reich nacionalsocialista por medio del Acuerdo Ribbentrop – Mólotov, hecho en el que posiblemente el desmemoriado portavoz de Izquierda Unida tal vez no haya caído nunca. Si su sectarismo no le impide tocar el libro, recomiendo a Emilio Sales que lea el trabajo de Jorge Álvarez Los apaciguadores. Cómo Roosevelt y Churchill entregaron Polonia a Stalin (Ediciones Nueva República, 2012)

[5] “IU insulta a los que piden mantener la cruz de los caídos de Callosa de Segura”, 15/12/2016: http://gaceta.es/noticias/iu-insulta-los-piden-mantener-cruz-los-caidos-callosa-segura-15122016-1424

[6] Torres García, F.; La vida por José Antonio. Entre la represión y el olvido, Ediciones Barbarroja, 2016, pág. 168