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9 diciembre 2016 • La vergüenza nacional hecha película

José María Manrique García

La verdad sobre el Desastre del 98 dicha por un causante (y víctima)

Se está poniendo de moda el trascendental acontecimiento de nuestra derrota frente a Estados Unidos.

Desgraciadamente, porque la iniciativa no busca encontrar las verdaderas causas del mismo, tanto internas como externas, ni el aprender de aquellos acontecimientos, ni el rendir honores a los muchos que se lo merecieron; por supuesto, tampoco el poner en su sitio a los que su conducta les hubiera debido llevar al pelotón de ejecución, que también los hubo y salieron, en general, bastante bien parados.

Todo esto debe ser objeto de un estudio que aún está por hacer y en el que estoy empeñado.

Pero ahora queremos solo poner en la picota, porque lo merece con auténticas ganas (no se puede alegar ni ignorancia ni buena fe), la película a la que la propaganda pone por las nubes: “1898: Los últimos de Filipinas”.

La misma, además de mentir, o, como reconocen sus autores, “dramatizar ciertos acontecimientos que no se corresponden con los hechos históricos”, se dedica a manchar la memoria de aquellos héroes hasta extremos inauditos (el Teniente Martín Cerezo asesina a una tagala a sangre fría, a uno de los desertores le cortan un brazo, etc), tildando de cobardes y malos militares a quienes resistieron durante 11 meses en condiciones extremas (los 54 defensores de Baler tuvieron 17 muertos y causaron unos 700 a sus atacantes). Baste decir que, aunque patrocinada por Televisión Española, Telemadrid y 13TV, órganos de la Administración (no precisamente “revolucionaria”) y de la Conferencia Episcopal, a lo anterior une sexo, blasfemias y desprecio de la fe católica [1].

¿Cómo se puede entender esto?

A nosotros solo se nos ocurre una respuesta: la causa es la misma que la que propició aquella desastrosa guerra. Y nos apoyamos en la declaración de uno de sus protagonistas, Emilio Aguinaldo.

A confesión de parte, relevo de pruebas

Emilio Aguinaldo, general de la revolución y que se convirtió en 1899 en el presidente de la primera república de Filipinas, se hizo masón en la Logia Pilar nº 203 de Imus el 1 de enero de 1895. Pieza capital en la derrota española, posteriormente fue perseguido y depuesto por los norteamericanos en una guerra que llevó aparejada el genocidio de la población tagala (en números redondos un millón de vidas, ancianos, mujeres y niños incluidos). Una derrota que mucho tuvo de ocultas traiciones y connivencias con los norteamericanos, y cuyo colofón fue la, por ellos así denominada, “pre-arranged battle of Manila”, y a la que el sitio oficial de la Masonería filipina, sin duda con todo fundamento y pruebas, llama “simulacro de batalla” ó “batalla simulada” [2].

Pues bien, el 16 de diciembre de 1958 Aguinaldo concedió una entrevista al periodista filipino Guillermo Gómez Rivera [3], y en la misma declaró:

… bajo España, no estábamos económicamente controlados como ahora. Por eso, cuando aprendimos de los liberales españoles lo que es libertad, igualdad y fraternidad, hemos abrazado lo que es la Masonería y nos adherimos todos al Gran Oriente de España. Le hablo a usted de la Masonería porque conocí a los hermanos Gómez de Iloilo, Felipe y Guillermo, que son miembros de nuestra Masonería

… El comienzo de la revolución filipina es trabajo de la Masonería; pero esa revolución terminó con el Pacto de Biacnabató. Los voluntarios filipinos ayudaron al Gobierno Español aquí a casi vencerme. Por eso, opté por firmar la paz mediante el Pacto de Biacnabató y opté por autoexiliarme a Hong Kong…

… me engañaron los Yanquis. Se acercaron a mí como hermanos masones urgiéndome en nombre de la Masonería internacional que vuelva a Filipinas para reorganizar la revolución contra España dándome su palabra de hermanos masones que tras liquidado en nuestras islas el Gobierno Español me otorgarían la independencia por la que luchamos.

… ¡Nos traicionaron! En vez de apoyarnos como aliados nos provocaron la guerra muy adredemente porque su intención era robarnos la reserva en oro y plata que acumulamos en Malolos … Y me persiguieron hasta Palanan, La Isabela, para capturarme. No se atrevieron a ejecutarme porque no les convenía hacer eso. … Estoy arrepentido en buena parte por haberme levantado contra España, y es por eso, que cuando se celebraron los funerales en Manila del Rey Alfonso de España, yo me presenté en la catedral para sorpresa de los españoles. Y me preguntaron por qué había venido a los funerales del Rey de España en contra del cual me alcé en rebelión. Y, les dije que sigue siendo mi Rey porque bajo España siempre fuimos súbditos, o ciudadanos, españoles, pero que ahora, bajo los Estados Unidos, somos tan solo un mercado de consumidores de sus exportaciones, cuando no parias, porque nunca nos han hecho ciudadanos de ningún estado de Estados Unidos… Y los españoles me abrieron paso y me trataron como su hermano en aquel día tan significativo»

… Es por eso que yo, en mi interior, ya he renunciado de la Masonería porque la Masonería de hoy es propiedad del imperio explotador de los Yanquis.

¡Pobre España! Como dice un buen amigo mío: «A la Patria se sirve con virtudes como Lealtad, Sacrificio, Entrega, Generosidad… y sus correlatos Valor, Disciplina, Sentido del Deber, Honor a la palabra dada… Quienes no conocen esos principios, ¿cómo pueden entender el sentido de Patria?».

Y muchos españoles, principalmente los que deberían ser mejores por tener mayor formación y responsabilidad, traicionan a su Patria y pervierten a sus compatriotas con mil maneras de “memorias históricas” emponzoñadas de odios y mentiras.

¿A ustedes se les ocurre alguna explicación que no sea su pertenencia a la secta que nos vendió en “el 98” y en tantas otras ocasiones?

Luchemos contra ello en la medida de nuestras fuerzas, estudiando nuestra historia y divulgándola.

Y, en este caso, al menos, evitando dar un euro, un voto, o una palabra de propaganda a esta película y a sus promotores.

Y, además, les recomiendo que vean y difundan la versión filipina de 2008 accesible en la red [4].

__________

[1] Los Héroes de Baler no merecen ofensas como la de “1898: Los últimos de Filipinas”; http://www.outono.net/elentir/2016/12/02/los-heroes-de-baler-no-merecen-ofensas-como-la-de-1898-los-ultimos-de-filipinas/.

[2] http://www.philippinemasonry.org/1890—1900.html: «On August 13, the colonial government surrendered Manila, the capital city to the Americans after a “mock battle” (a scripted fight designed to save Spanish pride)».

[3] Entrevista con Emilio Aguinaldo y Señora; http://semanario-filipinas.blogspot.com.es/2010/12/entrevista-con-emilio-aguinaldo-y.html.

[4] 4 Los últimos de Filipinas, versión filipina 2008; https://www.youtube.com/embed/ehUgQYYFIlA.