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20 noviembre 2016 • Estos retos, si no nos anticipamos, si no le damos las respuestas adecuadas, nos llevaran a un mundo en el que nunca querríamos vivir

Iván García Vázquez

José Antonio y los españoles ante el horizonte 2030

Con motivo del LXXX aniversario del asesinato de José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), y con el objeto de repensar, conocer y difundir la obra y doctrina del fundador de Falange Española, desde el Foro Historia en Libertad hemos pedido su colaboración a una serie de filósofos, historiadores, periodistas, profesores… En días sucesivos publicaremos estas aportaciones cuya calidad no dudamos estará a la altura del homenaje merecido por el hombre que las ha suscitado.

IVÁN GARCÍA VÁZQUEZ (Madrid, 1979) Arqueólogo e Historiador. Licenciado en Historia por la Universidad de Valladolid, Diploma de Estudios Avanzados en Historia Contemporánea con mención de calidad ANECA y MBA en Dirección y Administración de Empresas. Ha participado en más de un centenar de proyectos arqueológicos. Como historiador ha colaborado en los proyectos «Los usos públicos y privados de la Historia. La investigación en el Real Archivo de la Chancillería de Valladolid», «La investigación Histórica en el Archivo Histórico Nacional, 1866-1890» y «Las élites parlamentarias castellanas y leonesas durante el reinado de Isabel II y el sexenio democrático», entre otros. Ha publicado numerosos artículos de opinión sobre temas históricos y políticos y ha participado en varias tertulias sobre estos temas en televisión y radio. Ha publicado «Víctimas del Silencio. El acoso de ETA a la Falange en los años de plomo». Actualmente es Secretario General de FE de las JONS y Presidente de su Junta Política.

cartel-falange-4A nadie le cabe la menor duda de que la figura de José Antonio Primo de Rivera continúa despertando pasiones ocho décadas después de su asesinato. Sobre la figura del fundador de la Falange han actuado dos potentes fuerzas de atracción y repulsión. La primera sería el movimiento centrífugo que ejerció el régimen de Franco, desplegando todo un dispositivo hagiográfico que alimentó el mito. A esta acción se opuso una reacción centrípeta de mayor magnitud (pues ha sido más prolongada en el tiempo) que buscaba su difamación, su olvido, y su escarnio, hasta tal punto que se caricaturiza constantemente en los medios su figura y su legado político, sindical y económico.

Los falangistas siempre nos hemos sentido cautivados por la primera de estas fuerzas. No en vano José Antonio es un personaje seductor que cautiva de inmediato por su marcado heroísmo, su actitud ejemplar ante la vida, su verbo ardiente y certero y su sacrificio prematuro, noble y bello. Su planteamiento ante los grandes retos políticos de su tiempo contribuyó a apuntalar y reforzar los pilares ideológicos del nacionalsindicalismo.

Hoy, cuando desde el crimen perpetrado contra su vida un 20 de noviembre de 1936 han pasado tantas cosas y tan graves, parece como si los españoles viviéramos en otro planeta. Ha estallado y concluido nada menos que una guerra mundial, se han sucedido varios regímenes políticos en España, ha habido una descolonización de un tercio del mundo, la tecnología ha experimentado una gran revolución, el hombre ha pisado la luna y ha vuelto para contarlo, se ha conseguido curar el cáncer e Internet ha entrado definitivamente en nuestras vidas… demasiados cambios profundos en tan poco tiempo. Por eso, en mitad de esta vorágine de acontecimientos, a los que Francis Fukuyama o Alain de Benoist han intentado definir, nos sentimos como Nicolás Berdiaev, tan huérfanos en el país que nos ha tocado vivir, que nos lleva a planteamos cual es la vigencia que hoy en día puede tener nuestro admirado y sacrificado José Antonio.

La actualidad del mito

El mito de José Antonio fue alimentado desde el primer momento por quienes buscaron con denuedo apropiarse de un patrimonio político que no les pertenecía. Sin embargo, esta labor fue provechosa para varias generaciones de españoles que pudieron conocer casi de primera mano, el legado político joseantoniano, a pesar de que durante aquellos años de camisas azules por doquier la revolución nacionalsindicalista seguía pendiente.

La construcción de una suerte de héroe mitológico sobre un personaje tan tremendamente humano como era José Antonio, que se emocionaba recordando las grandes cosas buenas que había logrado su padre Don Miguel por el bien de España; que se alegraba inocentemente al abrazar y saborear la república un 14 de abril de 1931; que se enfadaba viendo las condiciones en las que vivían los trabajadores españoles en sus fábricas; o que se rebelaba contra las injusticias que el mismo régimen republicano que había anhelado unos años antes, iba perpetrando tornándose hasta un sovietizante color rojo. Aquél era el hombre, que nunca necesitó que le convirtieran en mito, pues su vida y su obra fueron suficientes muestras de su leyenda en vida.

Sin embargo, el hombre, su obra política, se nos antoja actual. Hoy necesitamos la España que soñó José Antonio. Y España hoy necesita al político, al visionario, al líder que debiera hacer frente a los graves problemas que acechan al país. Hoy el pueblo español necesita una figura de clarividencia política que sepa conectar con las generaciones venideras, mostrando que el nacionalsindicalismo es la solución a un sistema liberal-capitalista podrido, corrupto y miserable.

tumba-jose-antonioHacia el horizonte 2030

Por ello, los planteamientos teóricos joseantonianos, son las herramientas que nos permiten afrontar los grandes retos del horizonte 2030. Vivimos un momento histórico plagado de grandes cambios. El fin de la contemporaneidad auspiciado el 11S, y del que aún no tenemos la perspectiva suficiente, debe percatarnos de los grandes cambios que se están desarrollando ante nosotros. Cambios sociales en el concepto de familia, frente a los que los falangistas nos declaramos defensores del modelo tradicional; los cambios que se vienen haciendo en el seno de la Iglesia Católica, guía espiritual de nuestro pensamiento; las grandes transformaciones en la geopolítica mundial, con una vuelta a un sistema multipolar en búsqueda continua de equilibrio (EEUU, Rusia, China y Europa); el empuje demográfico y económico del mundo africano, cuyas economías durante las próximas décadas, competirán con algunos países occidentales; y los cambios sociales en el primer mundo, en el que una gran base de clase media se ha proletarizado y amaestrado, desactivándose su poder de respuesta y reivindicación. Estos retos, si no nos anticipamos, si no le damos las respuestas adecuadas antes de que surjan, nos llevaran a un mundo en el que nunca querríamos vivir.

José Antonio siempre quiso transformar la manera de ser de los españoles. Potenciar todo lo bueno que habita en cada uno de sus compatriotas, y abandonar la pesada carga de los vicios nacionales. La España de 2016 es un triste recordatorio de lo que urge esta transformación, para hacer frente al vacío interior, a la superficialidad, a la envidia, la pereza, el desánimo… que cunde entre los españoles de todas las edades.

Por eso el fundador de Falange Española de las JONS sigue siendo un gran modelo a imitar. Ello no significa traer sus soluciones a los problemas de los años treinta hasta hoy, sino adoptar su actitud ante esos retos, y con las herramientas que actualmente tenemos a nuestro alcance, dar las soluciones apropiadas. Solo así podemos marcar el camino de la revolución, y solamente de esta forma podremos ser dignos herederos de su pensamiento.
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