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18 octubre 2016 • Oigo a numerosos zascandiles e ignaros lamentarse de que un partido con más de 130 años de existencia pueda venirse abajo • Fuente: Dichos, Actos y Hechos

Pío Moa

¿Merece subsistir el PSOE?

Milicias socialistas (Sáenz de Tejada)

Milicias socialistas (Sáenz de Tejada)

Cuando vi la sonrisa de Pedro Sánchez al ser nombrado máximo gerifalte del PSOE, me dije: “Este tío puede hundir al PSOE”. En tuíter hay constancia de mi impresión. No lo dije como reproche, advertí desde el primer momento que si lo conseguía merecería una estatua por suscripción popular. ¡Echar abajo el PSOE! ¡Eso no lo hace cualquiera! En los últimos tiempos he brindado muchas veces por Sánchez. No le han dejado ocasión de rematar la faena, pero todavía hay esperanzas.

En cambio leo u oigo a numerosos zascandiles e ignaros periodistas y políticos lamentarse de que un partido con más de 130 años de existencia pueda venirse abajo. ¡Pues por eso mismo! Son ya demasiados años de estar perjudicando al país. Que acabe de una vez. Se lamentan muchos de que el sustituto será aún más radical, es decir, Podemos. Pero se olvida que el auge de Podemos es el resultado de cuatro años de mayoría absoluta del PP y de la demagogia sostenida del PSOE desde la transición. Para el PP, Podemos ha sido una tabla de salvación, pue antes de su auge estaba perdiendo votos a chorros, por lo que le ha prodigado los mayores cuidados y ventajas. Apoyos que ha negado, en cambio a empresas como Intereconomía o a partidos como VOX. En definitiva, el Iglesias y compañía simplemente se han creído la demagogia tradicional del PSOE, que este, desde Felipe González, utilizaba para conseguir puestos políticos sin creer poco ni mucho en ella. Como por otro lado ocurre con Rajoy. Cada uno ha estado engañando a un amplio electorado año tras año, y hasta ahora les ha ido bien. Hasta ahora.

En el PSOE han terminado por existir dos partidos: los “asilvestrados” que se creían la propaganda demagógica del PSOE, incluido el “no pasarán” y el “si gana la derecha, me exilio”, y el de los más cínicos, aunque en este caso algo más moderados, conscientes de que se trataba de pura retórica. Solo que una retórica muy peligrosa, como se está viendo. De hecho, el sector cínico, el que ha defenestrado a Sánchez, podría muy bien pedir el ingreso en el PP, ya que este ha degenerado en una continuidad de Zapatero, más bien que de Aznar.

A su vez, en el PP existen dos partidos: el de los zapateristas, también llamado por alguno “pijoprogres” y el de los que podríamos llamar conservadores, patriotas o algo así. Los primeros son osados, maniobreros e impositivos, y los segundos, carentes de un discurso articulado, resultan increíblemente timoratos y pusilánimes, y se han dejado expulsar de los puestos de influencia. Lo mismo cabe decir de sus votantes, la mayoría de los cuales, con la ilusión del “voto útil” y del “mal menor”, han respaldado la tercera legislatura de Zapatero y se aprestan a respaldar la cuarta. Es probable que la crisis, esperemos que terminal, del PSOE, permita al PP disimular lo que los marxistas llaman “contradicciones internas”, pero es posible también que a continuación de la crisis socialista venga la del PP.

Esta situación debe relacionarse con la que muy sucintamente he señalado en un blog anterior: “La destrucción del Estado de derecho en España”. A él me remito.

Enrique Domínguez ha expuesto en una serie de estudios la trayectoria del PSOE desde su fundación, y por mi parte le he dedicado algunos trabajos. He aquí algunos de sus hitos:

–El PSOE adoptó desde el principio la teoría de la lucha de clases y de la dictadura “del proletariado”, es decir, del propio PSOE.

– Durante el régimen liberal de la Restauración, en el que nació y que le permitió organizarse, hacer propaganda, conseguir concejales y diputados, el PSOE justificó el asesinato de enemigos políticos (de Maura, en concreto), apoyó al terrorismo anarquista, compinchándose con él y practicándolo en la intentona revolucionaria de 1917. Luego hizo una demagogia desenfrenada explotando los sucesos de Annual, todo lo cual derrumbó al régimen y abrió paso a la dictadura, por lo demás muy poco dura y muy benéfica, de Primo de Rivera.

–En la dictadura de Primo de Rivera, el PSOE y especialmente su UGT se mostraron muy colaboradores, con el fin de desplazar la influencia anarquista. Este hecho es visto en la tradición socialista como algo lamentable, que intentan borrar de su historia, pero realmente fue ela única etapa en que el partido adoptó una política razonable y civilizada.

–Cuando se acabó la dictadura de Primo, el PSOE participó con los republicanos de izquierda y los separatistas en el golpe militar que debía traer la república, a finales de 1930, y que fracasó. Posteriormente aprovecharon el autogolpe de la monarquía para entrar en el gobierno republicano.

–La coalición de republicanos de izquierda y socialistas en el primer bienio republicano resultó tan desastrosa, desorganizada y violenta, que en noviembre del 1933, la derecha ganó las elecciones por amplia mayoría. La respuesta de los separatistas catalanes fue declararse “en pie de guerra”; la de los republicanos de izquierda, con Azaña al frente, intentar golpes de estado, frustrados; la del PSOE preparar la insurrección armada para imponer la dictadura del Psoletariado; y la del PNV colaborar con todos ellos en maniobras desestabilizadoras en verano de 1934.

– En octubre de 1934, el PSOE se lanzó por fin a la insurrección armada, planteada precisa y textualmente como guerra civil y en compañía de los separatistas catalanes, los comunistas, parte de los anarquistas y con apoyo declarativo de los republicanos de izquierda . Lo he investigado y documentado a fondo en Los orígenes de la guerra civil. El resultado fueron 1.300 muertos y enormes destrucciones, incluidas bibliotecas y joyas histórico-artísticas.

–El fracaso de aquel asalto a la legalidad republicana no varió en lo esencial las ideas y estrategia socialistas. Su reacción principal fue volver a la alianza con los republicanos de izquierda para crear el Frente Popular junto con los comunistas y otros, en el que participaron de hecho, aunque no de derecho, los separatistas catalanes. El resultado fueron las elecciones de febrero de 1936, con un alto índice de violencia y fraude, y la demolición sistemática y sangrienta (unos 300 muertos), de la legalidad republicana en los cinco meses que siguieron, hasta el alzamiento militar-cívico de julio del 36. El asesinato del líder de la oposición Calvo Sotelo, fue también obra del PSOE.

–Durante la guerra, el PSOE convirtió al Frente Popular en rehén de Stalin al entregarle ilegalmente el oro del Banco de España, que permitió al soviético dominar la venta de armas y por tanto el destino del propio Frente Popular. Con otras cantidades de dinero, el PSOE instaló una gran corrupción en la compra de armas en diversos países. Asimismo creó numerosas chekas que se dedicaron a asesinar, torturar y robar a miles de derechistas, participó muy activamente en una de las más sangrientas y sádicas persecuciones religiosas de la historia, y desde el principio organizó el expolio sistemático de bienes privados y del tesoro histórico-artístico español, que daría lugar a una célebre polémica entre Negrín y Prieto (Ver Los mitos de la guerra civil, cap. 27).

– Después de la guerra, el PSOE tuvo la decencia, aunque involuntaria y al contrario que los comunistas, de caer en la pasividad y no estorbar apenas la reconstrucción del país y su desarrollo.

–Con la transición, el PSOE, que apenas existía y se había refundado con beneplácito del franquismo, salió a la palestra con gran radicalismo: autodeterminación, economía autogestionaria, ruptura, república, marxismo, etc. De haber tenido fuerza suficiente habrían vuelto a crear un caos en España. Afortunadamente su extrema debilidad le obligó a dejar todo aquello en retórica y aceptar una transición más razonable.

–Desde entonces, el PSOE, ya que no ha podido asaltar el poder como durante la república, pero lo ha corrompido de muchas formas, no solo económica, ayudado por la ignorancia histórica y el oportunismo de la derecha. Desde la incautación de Rumasa hasta la operación de salvamento de la ETA por Zapatero, la ley de “memoria” histórica o las leyes de género, no han cesado de socavar y corroer el estado de derecho, hoy prácticamente inexistente.

Todo esto muy, muy en resumen. Se dirá que alguna cosa buena habrán hecho. Es verdad, algunas cosas buenas han hecho. Pero lo que importa es el balance, y este, aun teniendo en cuenta algunas iniciativas positivas, no puede ser más nefasto: corrupción, demagogia, hispanofobia, alianza con los separatismos, simpatías y colaboración con el terrorismo, etc. Todo lo cual deriva de unas ideologías difusas pero en todo caso falsas. Algo sobre lo que harían bien en reflexionar los propios socialistas y más aún unas derechas ignorantes voluntarias de la historia y creídas de que “la economía lo es todo”.

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