Widgetized Section

Go to Admin » Appearance » Widgets » and move Gabfire Widget: Social into that MastheadOverlay zone

8 octubre 2016 • Las auténticas posesiones diabólicas se encuentran justamente allí donde la gente no suele mirar • Fuente: alfonsogalvez.com

Padre Alfonso Gálvez Morillas

Verdaderas y falsas posesiones diabólicas

Pero, ¿es que acaso existen falsas posesiones diabólicas?

Y la manera mejor de responder a la pregunta es comenzar por un buen planteamiento del problema.

Existen, en primer lugar, un número de aparentes posesiones demoníacas que en realidad no son tales, sino meros trastornos de orden psíquico o de tipo nervioso, unas veces. Mientras que otras se trata simplemente de farsas organizadas por desvergonzados casi siempre con fines lucrativos.

Son fácilmente detectables unos y otros y en realidad no hacen para nada al caso.

En cuanto a las auténticas posesiones diabólicas podríamos dividirlas en dos clases: las verdaderas y las falsas. Por supuesto que esta clasificación no dejará de causar extrañeza, pues ¿qué es eso de posesiones diabólicas auténticas y sin embargo falsas…? Pero procure todo el mundo calmar los ánimos hasta que todo haya sido explicado.

Efectivamente, porque las posesiones diabólicas que aparecen de vez en cuando con aire de tales, acompañadas del gran aparato escénico que Satanás suele utilizar en sus actuaciones, como hablar lenguas extrañas, blasfemar ante el crucifijo, realizar aparentes prodigios, rechazar al exorcista, etc., son realmente auténticas.

Y lo son ciertamente, aunque forman parte del tinglado de la antigua farsa, que diría Benavente, o de la moderna, que diríamos nosotros. Resultan utilísimas para el plan de Satanás, el cual las utiliza como un buen elemento de distracción para atacar impunemente por otra ala de las Defensas. Que se trata de una hábil estrategia para engañar, es efectivamente fácil de adivinar para quien piense con serenidad e inteligencia. Porque, ¿cuándo se ha visto que el Demonio actúe a cara descubierta, que acompañe sus actuaciones o que se presente a bombo y platillo para causar admiración? ¿Por qué se olvida tan fácilmente que Satanás es el Padre de la Mentira, del histrionismo, del disfraz o de los cuentos de viejas de los que hablaba San Pablo (2 Tim 4:4)? ¿Y quién ha dicho que no es capaz de utilizar las medio verdades, o incluso las verdades cuando le conviene, a fin de colar mediante ellas las grandes mentiras?

Por supuesto que se trata de verdaderas posesiones diabólicas, en la mayoría de los casos al menos. Pero que sirven a los propósitos del Gran Mentiroso, como después explicaremos. Por otra parte, como una farsa bien montada que es, no le falta ningún detalle. Como en los grandes espectáculos del Teatro Griego en los que intervenía el coro y a veces también los espectadores; o en los magníficos montajes medievales de los Autos Sacramentales, con su triple escenario montado en pirámide y el concurso de coros y numerosos personajes, pues igual sucede aquí.

Pues aparecen enseguida los exorcistas a poner remedio al problema. El exorcista fue siempre una figura venerable en la Iglesia, extraordinariamente restringida y que llevaba a cabo su papel dignamente, aunque cumpliendo siempre las debidas condiciones las cuales eran muy estrictas y severas. Después del Concilio, y utilizando la nueva arma de los modernos Rituales, los exorcistas son una extraordinaria ocasión de diversión para Satanás, quien se ríe de ellos en la medida en que le es concedida a un diablo la capacidad de reír. Algo parecido a lo que sucede con el sacramental del agua ahora bendecida con los nuevos Rituales, la cual es por el momento el dispositivo más adecuado que se conoce para atraer los demonios en masa.

A finales de este mes se va a celebrar en Roma un Congreso con asistencia de trescientos exorcistas a fin de discutir problemas de procedimiento, según se ha anunciado, y seguramente para recibir instrucciones del Papa. Hay quien mantiene dudas —siempre hay gente mal pensada— acerca del origen y procedencia de la idea, y hasta piensa que la cosa quizá no tenga mucho que ver con el Espíritu Santo. Allí acudirán un montón de sacerdotes, es de suponer que todos con buena voluntad, pero también la mayoría de ellos carentes de formación, de vida interior y por supuesto sin práctica de oración. Es probable que un verdadero exorcista, caso de que exista, no hubiera sentido la necesidad de asistir a ese Congreso.

Por supuesto que cuando los tales se lanzan a practicar sus exorcismos, en los casos de verdaderas posesiones diabólicas cuando Dios así lo permite, obtienen resultados variables, buenos a veces y de tremendos fracasos no pocas. Como es de suponer, tampoco el Demonio va a levantar la liebre y va a descubrir claramente que allí no se hace sino lo que él quiere (al menos mientras Dios lo permite). Le interesa mucho que siga la farsa de las posesiones, por su utilidad como elemento de distracción para ocultar las más auténticas y también, por otra parte, por lo que le sirven como abundante alimento de diversión. Por lo demás, las posesiones diabólicas y los exorcismos (con los resultados que fueren) jamás han servido de ocasión de conversión a nadie, circunstancia que también agrada a Satanás. Dios las permite por sus secretos designios y porque tampoco hacen daño a nadie; a excepción de la pobre víctima cuando no es culpable, de la cual podemos estar seguros que, de una forma o de otra, Dios acabará teniendo misericordia de ella y liberándola.

El mundo moderno está acostumbrado a pactar con la mentira y a rechazar la verdad. A lo más en no pensar en ella o a mirar para otro lado. Lo que ha dejado al Diablo las manos enteramente libres para actuar, cosa para la que ha contado también con poderosos auxiliares incluso de donde menos cabía esperar.

Las auténticas posesiones diabólicas, en aquellos que son verdaderos adoradores y servidores de Satanás, se encuentran justamente allí donde la gente no suele mirar, a pesar de que están bien presentes en el candelero. Son quienes realmente ordenan el Mundo (o lo desordenan) y rigen la Sociedad y todas las diversas Agrupaciones humanas. Son los líderes políticos y religiosos del mundo, quienes lo gobiernan y mandan y manejan, e incluso controlan el cerebro y el pensamiento de las multitudes. Dictan las leyes, dirigen las costumbres, establecen los criterios y normas de pensamiento y de conducta, encumbran a sus seguidores y condenan sin compasión a quienes se oponen. Con frecuencia se organizan en grandes lobbys y Organizaciones multinacionales extraordinariamente poderosas, con suficiente y sobrada influencia para controlar toda actividad humana: el Mundo del Cine, y particularmente el norteamericano con todo sus inmenso poder, o el Mundo de las Comunicaciones con las poderosas Agencias de Prensa que dictan los criterios para una nación y para todo el mundo (es bien conocida en España quién es la que dicta las consignas). Fácilmente podríamos citar aquí nombres y apellidos de gobernantes y prohombres, lo mismo en el orden político que en el religioso, tanto por lo que se refiere a España como a otras naciones, si poderosas razones que cualquiera puede comprender no lo impidieran. Bien entendido, sin embargo, que cuando aquí se habla de verdaderos siervos de Satanás no se pretende hacerlo en sentido metafórico, sino con significado enteramente real.

Mientras tanto, todo pasa desapercibido, como corresponde a la obra del Gran Histrión y Padre de la Mentira. ¿La Apostasía General, la destrucción de la Iglesia y su reducción al mínimo, la persecución de los creyentes, la prohibición del sacrificio cotidiano, los signos de el Final de los Tiempos, el invencible poder de El Falso Profeta,…? Todo eso pertenece al orden de las profecías, y ya se sabe que las profecías pertenecen al futuro y nadie sabe cuando se van a cumplir. Y por supuesto que nadie piense que el Final de la Historia va a comenzar el día tal, del mes cual, del año tal y a una hora ya fija. Comenzará, o estará ya comenzado, cuando menos se piense, como tan repetidamente anunció Jesucristo. ¿O alguien cree que Satanás iba anunciar solemnemente al Mundo: ¡Señores, prepárense porque ya ha comenzado el Final!, cuando ni siquiera Dios lo iba a proclamar?

Y el tinglado de la antigua y de la moderna farsa de Satanás, como corresponde a un tablado bien montado, funciona como debe, integrado por todo un conjunto de corifeos que son también sus colaboradores, un buen número de los cuales ha sido proporcionado por la misma moderna Iglesia: Cardenales, Obispos, y multitud de sacerdotes y religiosos que parecen convencidos de haber descubierto, al fin, la verdadera religión. Antes hemos hablado de los exorcistas, pero podríamos también traer a colación a multitud de apóstoles, profetas, visionarios y visionarias, que parecen abundar como los hongos en otoño. Existen, por ejemplo, los predicadores del Vaticano, que tienen a bien predicar las glorias de Lutero ante toda la Corte Pontificia; de la eficiencia del predicador se podría juzgar aplicando la regla de Jesucristo y atendiendo a los frutos producidos, para lo cual no hay sino examinar el estado en que se encuentra el mismo Vaticano. En cuanto a visionarios a la moda del día, podría traerse a colación lo que sucede en Medjugorje, cuya visionaria principal aseguró, según le había revelado la Virgen, que el Papa Francisco era el mejor Pontífice que Dios había regalado a su Iglesia en toda la Historia. Y dado que todo el mundo sabe que han existido Papas todavía mejores que Francisco, e incluso mucho mejores, no cabe deducir sino tres opciones, puesto que no existen otras: o que la Virgen ignora la historia de la Iglesia, o que la Virgen miente, o en todo caso que la que miente descaradamente es la misma vidente.

Decía San Pablo que Dios proporciona un espíritu seductor, a fin de que crean en la mentira y sean condenados, todos aquellos que no creyeron en la verdad y pusieron su complacencia en la injusticia (2 Te 2:11).