19 agosto 2016 • ¡Dónde, si no, se transmite la fe! • Fuente: "Crismón": revista de la Acción Católica General Adultos de Albacete

Ideología de género: obra en construcción

Hoy más que nunca debemos estar atentos a eso que hemos venido en denominar “ideología de género” (idg). Una obra del mismísimo diablo y que, en última instancia, tiene como objetivo la destrucción del matrimonio y de la familia: ¡dónde si no se transmite la fe!

El Papa, en el núm. 56 de su Exhortación apostólica Amoris Laetitia, nos advierte de que otro de los grandes desafíos a los que se enfrenta la familia “surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada génder –género-, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencia de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo.”

Para la idg, lo que hace de la persona un “hombre” o una “mujer” no es algo innato, sino que continuamente está en construcción. Por ello, la paternidad y la maternidad, y por tanto, la filiación; la nupcialidad, y por ello el matrimonio entre un hombre y una mujer; la familia, con la vocación educativa del padre y de la madre; todo eso, para el género, no es más que una construcción social elaborada a lo largo de los siglos para impedir al individuo acceder a la “verdadera” libertad e igualdad de los hombres. Se trata de estereotipos discriminatorios de los cuales hay que liberarse por todos los medios posibles: financieros, políticos, culturales, educativos y legislativos. Lo vemos, por ejemplo, en los medios de comunicación dominantes, donde dos cohortes, la de las feministas y la del LGTB, se unen en la misma voluntad de destrucción antropológica y de oposición a la fe católica. ¡Y ojito con pensar diferente! Ahí tenemos las persecuciones de prelados como el cardenal Cañizares o el obispo Reig Pla, que se han “atrevido” a condenar la idg. O la muy demoníaca Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia de la Comunidad de Madrid, que considera como infracción muy grave, sancionable con hasta 45.000 €, “todas las intervenciones médicas, psiquiátricas, psicológicas, religiosas o de cualquier otra índole que persigan la modificación de la orientación sexual o de la identidad de género de una persona.”

San Juan Pablo II dijo que “el futuro de la humanidad pasa por la familia”. Nuestras familias cristianas son como esos múltiples alveolos de cera de las colmenas, por tanto frágiles y que deben ser reforzadas continuamente, que constituyen la colmena donde todos estamos llamados a probar la miel de la Verdad, es decir las Palabras salvíficas del Señor Jesús y de su Esposa, la santa Iglesia. En este año jubilar de la Misericordia, encontremos refugio, al igual que María, la Madre del Redentor y nuestra Madre, en ese Sagrado Corazón atravesado por amor a nosotros… antes de que sea demasiado tarde. San Miguel Arcángel, ora pro nobis.

Juan Pablo López Torrillas