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26 julio 2016 • Su aventura en España no pasó de haber ejercido de carne de cañón

Jesús Flores Thies

Brigadas Internacionales

Persecucion Religiosa

A muchos voluntarios de la LINCOLN se le pondrían los pelos como escarpias (put is the hairs as anchors…) al ver la tropa a la que iban a ayudar

Pablo Iglesias, en su versión modelo siglo XXI, ha regalado a Obama, aprovechando los pocos minutos que han concedido al “Trío Calaveras” de la Oposición, un ejemplar de un libro sobre la Brigada Lincoln, libro que contará la absurda aventura de aquellos desgraciados como convenga al comunismo residual.

La Brigada Lincoln apenas si alcanzaba la categoría de Batallón y cuando vino a España “a combatir el fascismo y por la democracia”, no sabía lo que les esperaba. Algunos se dieron cuenta de que su lucha iba a ser únicamente a favor del Comunismo soviético, y quisieron regresar a los EEUU, pidiendo sus pasaportes; pero estos documentos eran muy apreciados por el KGB y ya estaban en Moscú para ser entregados a agentes “durmientes”, residente en los EEUU, para sus actuaciones de espionaje cuando se lo ordenaran. Por esta razón no consiguieron más pasaporte que los justamente necesarios para ir al otro mundo, lugar al que fueron muchos de ellos convenientemente pasaportados. Otros fueron metidos en campos de concentración o prisiones, como la que reservaron los del Frente Popular para los ”brigadistas internacionales” en el castillo de Castelldefels, cerca de Barcelona.

Cuando la debacle, después de la de la caída de Barcelona y la posterior huida de un ejército en derrota hacia la
frontera francesa, aquellos encerrados en el castillo que se habían librado del fusilamiento, fueron obligados a marchar a Francia con otros presos sacados de las cárceles y prisiones “republicanas”. Los que salvaron la vida, en muchos casos prisioneros de los nacionales que fueron en su momento canjeados, cuando pusieron regresar a su país se encontraron con la antipatía y el rechazo de una sociedad, ya en plena operación contra la influencia comunista, que dio paso a la “Caza de Brujas”. Pese a ello, hemos leído en Wikipedia esta bufonada:

“En los Estados Unidos fueron considerados como un símbolo romántico de la lucha contra la desigualdad y la opresión fascista”

Voluntarios de la LINCOLN, posiblemente son prisioneros canjeados o canjeables

Voluntarios de la LINCOLN,
posiblemente son prisioneros
canjeados o canjeables

Ahí queda eso. Su aventura en España no pasó de haber ejercido de carne de cañón que los diezmó en numerosos y desgraciados combates.

Pero el que tuvo, retuvo, y durante algún tiempo se organizaron en asociaciones de veteranos supervivientes de la “Lincoln”. A algunos de ellos tuvimos el gusto de ver y conocer en la Feria de Nueva York del año 1962. Solían situarse en pacíficos grupos, con un cartel que los identificaba, frente al extraordinario Pabellón Español, uno de los mejores de la Feria (circunstancia que se sigue silenciando), donde coincidieron con grupos de guardiamarinas de “Elcano”. De forma amistosa les solicitaban recuerdos marinos, y los generosos guardiamarinas, que ya conocían estas situaciones, les obsequiaron con unos “botones de ancla” de los que iban convenientemente provistos.

La base humana de aquellos voluntarios venidos de los EEUU era más bien pobre: parados, marginados y gentes más o menos mentalizada por la cutre propaganda comunista. Lo vemos en las fotos, lo que no quiere decir que alguno, con flecos de intelectual, se alistara a tal aventura, en la que fueron auténticos perdedores.