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17 diciembre 2015 • ¿Por qué golpean a un político que nunca les ha puesto el menor obstáculo, que incluso los viene financiando?

Pío Moa

Carta abierta a Rajoy

RajoySeñor Rajoy:

Se le notaba a usted descolocado cuando Sánchez, con su perfecto estilo golfo, le acusaba de corrupción o de perjudicar a las mujeres, o del separatismo catalán… Sánchez aúlla en sus mítines su orgullo por fechorías antidemocráticas de su partido como la ley de “memoria histórica”, del aborto, de violencia de “género”, de “matrimonio” homosexual, de “igualdad” entre hombres y mujeres, de los favores a la ETA… ¡Pero bueno! ¿Cómo se le ocurre a Sánchez acusarle cuando ud, señor Rajoy, no ha hecho otra cosa que seguir aplicadamente las iniciativas del PSOE en todos esos campos? ¿Qué le diferencia a usted de Sánchez o de Zapatero? Solo un estilo personal, por lo demás engañoso. Un asno separatista gallego le coceó a usted en Pontevedra, y uno se pregunta: ¿se han vuelto locos estos separatistas? ¿Por qué golpean a un político que nunca les ha puesto el menor obstáculo, que incluso los viene financiando? ¡Qué injusticia, señor Rajoy!

Porque ud se ha atrevido a lanzar su campaña bajo el lema “España en serio”. Y está bien. Porque para usted, lo serio son sin duda políticas como la de Bolinaga, la derogación de la doctrina Parot y demás carantoñas a la ETA. El PSOE salvó a una ETA al borde del colapso y santificó sus asesinatos como un modo de hacer política, recompensada con legalidad, dinero público y otras dádivas. Y usted ha seguido la misma línea. Con descaro inaudito, los dos partidos han disfrazado su delito con la consigna “los demócratas hemos derrotado a ETA”. No la han derrotado, la han premiado. Y por ello mismo demuestran no tener nada de demócratas. Ustedes, junto con la ETA, atentan contra el estado de derecho y la integridad de España. En serio.

Usted ha replicado a la sedición del delincuente Mas con advertencias de que haría cumplir la ley. Nunca la ha hecho cumplir, y ha seguido financiando la política del odio a España y el intento de balcanizarla. También aquí ha seguido al PSOE. Su obligación más elemental como gobernantes demócratas es cumplir y hacer cumplir la ley. Al no hacerlo, se deslegitiman y su “democratismo” se convierte en farsa demagógica. El hecho evidente e irrefutable es que bajo su gobierno los separatismos, tan alentados por el PSOE, han adquirido un impulso y una osadía como nunca antes. Con desvergüenza de granuja se lo echaba en cara Sánchez, cuyo maestro Zapatero, que también lo es de usted, ha sido el principal creador de ese ambiente, sin olvidar a Aznar. ¡Grandes estadistas! En serio.

Una ley que, en cambio, se han esmerado en cumplir usted y los suyos es la de “memoria histórica”. Una ley totalitaria, hecha para falsificar la historia desde el poder, como en los países comunistas. Una ley que, como no podía ser menos en quienes premian los crímenes etarras, califica de “víctimas” a los asesinos de las chekas, identificando con ellos a los legisladores. Ustedes han llegado a tal degradación moral e intelectual — que contagian a la sociedad–, que ni siquiera se dan cuenta del alcance de su desmán. Les da igual. En su versión bananera de la democracia, la cuestión se limita a disfrazar las canalladas con victimismo y títulos biensonantes, para ganar votos.

¡Y qué injusto Sánchez al culparle de incumplir las leyes de “género” o de gaymonio! Son leyes diseñadas por los proetarras y falsificadores de la historia y acordes también con ese carácter. Confunden género con sexo, corroen los fundamentos del matrimonio y la familia, tratan de sustituir la vieja lucha de clases por la lucha entre hombres y mujeres, rompen las más elementales normas jurídicas y crean violencia por sí mismas. Sus frutos son la destrucción masiva de vidas humanas en el seno materno, crimen monstruoso si los hay (como “interrupción del embarazo” lo disfrazan los politicastros); una violencia doméstica en aumento, no solo entre parejas sino entre hijos y padres o madres; un fracaso familiar traducido en enormes cifras de divorcios, con sus efectos sobre la educación de los hijos (fracaso escolar, expansión de la droga y el alcoholismo juvenil, etc.) Etc. Pero nada de eso les preocupa a ustedes, bomberos pirómanos, dedicados a competir histéricamente en chillidos contra la “violencia de género”, cuyo aumento ustedes mismos provocan.

Para usted, como para su gemelo político Sánchez, España ha dejado de ser un país independiente. Su política consiste en regalar “grandes toneladas de soberanía” a la burocracia de Bruselas. Ustedes no se consideran al servicio de la soberanía española, sino que ponen esta al servicio de sus intereses, como si fuera una propiedad particular suya. He aquí, de nuevo, su democratismo peor que bananero. La desdichada posición lacayuna de España en la UE y en la OTAN no plantea ningún problema a su espíritu servil e hispanófobo; tampoco la cuestión de Gibraltar, caso insólito en el siglo XXI de una colonia en un país europeo mantenida por una potencia a la que no cesan ustedes de hacer carantoñas, como a la ETA, a las chekas o a los separatistas. Su servilismo les está llevando a destruir la cultura española introduciendo en la enseñanza un bilingüismo con el inglés, considerado como lengua superior de la ciencia, la economía, el empleo etc., etc., en un proceso de desprestigio y relegación de nuestro idioma a ámbitos familiares o subculturales. Esto es peor que el cultivo del odio a España, subvencionado por ustedes en Cataluña o Vascongadas.

España no es un país bilingüe y el inglés solo puede y debe enseñarse legalmente como idioma extranjero, no en la misma posición (de hecho en posición superior) que el nuestro. Tampoco hay en sus programas el menor análisis serio de la posición de España en relación con el amenazador auge del islamismo y su penetración en la propia España y Europa. Para ustedes, el asunto se limita a lo que decidan en Bruselas y en Washington. España no merece esa política basura de lacayos como ustedes.

Podría seguir largo rato, pero mencionaré solo otro asunto: acertaba Sánchez al acusarle de corrupción, porque su partido está corrompido hasta la médula. Sánchez — lógico en su mentalidad macarril–, piensa solo en la corrupción económica, pero mucho peor es la intelectual, manifiesta en las políticas antes señaladas, y que genera también la económica. Pero lo más asombroso, lo que exhibe la absoluta degradación de la política española, es que un capitoste del PSOE ose acusar a alguien de tales cosas. Eso ya define un ambiente político próximo al Patio de Monipodio.

No me extiendo sobre la economía, en la que todos los aspirantes a gobernar este despreciado país no hacen sino demostrar su carencia de ideas. Yo tampoco las tengo, más allá de constatar que los economistas ofrecen soluciones muy diversas. Usted, señor Rajoy, se jacta de que la situación va mejorando, y en algunos aspectos parece ser verdad, aunque no sabemos si duradera. Pero incluso ahí sigue usted a su maestro Zapatero. ¿Recuerda usted cuando denunciaba indignado cómo el PSOE iba a “subir el IVA a los chuches de este niño… y de todos los españoles”?

¿Cuándo tenía usted razón, cuando denunciaba los recortes y subidas de impuestos de Zapatero, o cuando ha seguido su ejemplo a mayor escala? Sospecho que no lo sabe usted mismo.

En fin, señor Rajoy, con su gobierno han empeorado los problemas del país: separatismos, pérdida acelerada de soberanía, leyes totalitarias y chekistas, o de “género” jurídicamente inválidas, degradación cultural y moral de la sociedad, corrosión de la familia, auge de movimientos como el cursi-macarril y comunistoide Podemos… Solo puede usted invocar a su favor una ligera pero también insegura mejoría económica, de acuerdo con su simplona tesis de que “la economía lo es todo”, la cual podría valer muy bien para un burdel. Su única arma es la llamada a la necedad del voto útil, que se viene demostrando el más inútil de todos, porque deja fuera de juego a opciones probablemente más serias que las de ustedes (tampoco es muy difícil) y en cambio perpetúa el más de lo mismo. La república se hundió por el proceso revolucionario del Frente Popular. La actual democracia lo está haciendo por un proceso de putrefacción política y social dirigido por ustedes.

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