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12 diciembre 2015 • "En medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis"

Marcial Flavius - presbyter

3 Domingo de Adviento: 13-diciembre-2015

Rito Romano Tradicional

Evangelio

Jn 1, 19-28: En aquel tiempo: Los judíos ­enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntar a Juan: ¿Tú, quién eres? Y confesó y no negó; antes protestó: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: Pues ¿quién eres ? ¿Eres tú Elías? y dijo: No lo soy. ¿Eres tú el Profeta? y respondió: No, y le dijeron: Pues dinos quién eres, para que podamos dar respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? Él dijo: Yo soy voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo Isaías profeta. Y los enviados eran fariseos. y le preguntaron : Pues ¿por qué bauti­zas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. Éste es el que viene después de mí, el cual ha sido preferido a mi, ya quien yo no soy digno de desatar la correa de su zapato. Esto aconteció en Betania, a la otra parte del Jordán, en donde estaba Juan bautizando.

San Juan Bautista_ecce_agnus

Reflexión

«El Señor está cerca». Escuchamos a lo largo del Adviento. Por eso invita el Apóstol San Pablo a los cristianos: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres» (Introito y Epístola). Ante esta noticia la Iglesia alivia el espíritu de penitencia característico del Adviento e invita a sus hijos a la alegría espiritual. El color rosa de los ornamentos litúrgicos es un anticipo de la alegría de Navidad. Y la oración colecta nos sitúa en ese horizonte al referirnos a la gracia de su visita.

«En medio de vosotros está uno, a quien no conocéis», dijo San Juan Bautista (Jn 1,6-8.19-28).

PRESENTE en todo el universo, que Él sostiene, después de haberlo creado… PRESENTE en la Iglesia, que rige, después de haberla instruido… PRESENTE en la divina Eucaristía, donde ha querido quedarse, hasta la consumación de los siglos… PRESENTE en cada uno de nosotros, que vivimos de su propia vida por la gracia santificante, por lo que nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo…

DESCONOCIDO, no ya de los infieles y herejes, sino de los mismos cristianos. DESCONOCIDO de muchos, que solamente son cristianos por el santo Bautismo que recibieron, sin que jamás les haya hablado nadie de Dios y de la religión. DESCONOCIDO de una gran multitud de cristianos, tan preocupados y seguidores de las vanidades y placeres del mundo, que no hay entrada para Dios en ningún acto de su vida; ni hablan nunca de Él en sus conversaciones; ni ocupa jamás su pensamiento: para ellos Dios es un forastero, y si por alguna pena o contrariedad se vuelven hacia Él, en seguida le olvidan.

Es, pues, evidente que la indiferencia en religión proviene de este desconocimiento de Dios y de su Ley. Las causas son notorias: no escuchar la palabra de Dios, no frecuentar los sacramentos, y no comunicarse con Él en la oración. Si no se ponen estos medios, nunca será Dios conocido, ni amado, ni servido.

Nosotros, que tenemos la dicha de conocerle mejor, procuremos compensar el olvido y la indiferencia en que le tienen tantos y tantos, sirviéndole y amándole con más perfección. Pensemos que tenemos a Dios siempre presente, y esto será:

1) Un estimulo para nuestra santificación, pues si pensamos en que está con nosotros, ¡qué modestia habrá en nuestros actos! ¡Qué caridad en nuestras conversaciones! ¡Qué recogimiento en nuestros pensamientos! ¡Qué fervor y atención en nuestras oraciones! ¡Qué cuidado en el cumplimiento de nuestras obligaciones! ¡Qué perfección en todas nuestras obras!

2) Un consuelo en todas nuestras penas y en todas nuestras luchas. ¡Con qué valor resistiríamos las tentaciones! ¡Con qué resignación sufriríamos las penalidades! ¡Con qué paciencia soportaríamos las humillaciones y las contradicciones!

A la Virgen María, a su intercesión y a sus méritos, nos acogemos para que preparare nuestras almas para recibir al Señor que llega en este Adviento y en su venida definitiva al final de los tiempos.