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31 enero 2015 • Es una de las piezas fundamentales para comprender la Transición

Desde Mi Campanario

Difunden el «Testamento del marqués de Valdeiglesias»

Juan-Carlos-y-Franco

En los inicios de la década de mil novecientos ochenta, Carlos Etayo y unos jóvenes correligionarios de la Comunión Tradicionalista difundieron el testamento político de Ignacio Escobar y Kirkpatrick, conocido como Marqués de Valdeiglesias (título de fantasía creado por Alfonso el llamado XII), antiguo juanista y ministro en varios gobiernos de Franco. Este documento es una de las piezas fundamentales para comprender la Transición.

Para Ignacio Escobar, miembro de Acción Española, todas esperanza política quedó plasmada, durante algún tiempo, en el autodenominado Conde de Barcelona. Cuando apareció la candidatura de Juan hijo, luego conocido como Juan Carlos, Escobar fue un apoyo más. Sin embargo, pronto advertiría su error, pues el hijo era aún peor que el padre, «más cínico» y «dispuesto a jurar todo lo jurable con la idea preconcebida de faltar a su juramento».

En el momento de escribir su testamento, Francisco Franco había muerto y Juan Carlos de Borbón había sido nombrado Jefe de Estado. Escobar realiza una crítica al pasado reciente: las vacilaciones de Franco; la nebulosa ideología del nuevo régimen; las banalidades de Juan padre y la restauración de la «monarquía» constitucional. Por todo lo anterior, Ignacio Escobar lamentaba la inutilidad de la Cruzada de Liberación y la traición a los mártires.

Para acceder al libro en formato pdf, pinchar aquí:

http://carlismo.net/wp-content/uploads/2013/06/Testamento-político-del-Marqués-de-Valdeiglesias.pdf

José Ignacio Escobar y Kirkpatrick (1898-1977) es un personaje cuyo testimonio contra el actual Jefe de Estado y su entornono puedes ser atribuido a prejuicio legitimista, ni a desconocimiento. Su desengaño es amargo, porque representa denunciar a aquellos a los que sirvió abnegadamente, tras comprobar que seguir sirviéndolos era perjudicar a España.

Su labor durante la II República, en colaboración con Eugenio Vegas Latapie, fue considerable. Transformó el periódico La Época del liberalismo doctrinario a un cuasi tradicionalismo. También fue meritoria su actuación al inicio de la Cruzada a las órdenes del General Mola. Lo recogen sus memorias de la guerra, notables, y justamente feroces contra Ángel Herrera Oria, publicadas en 1955 por Rialp bajo el título Así empezó… Como tantos otros títulos de la década de 1950, Rialp no volvió a publicarlo, cambiada la línea editorial. Fue reeditado en Madrid por Gregorio del Toro en 1974.